Brasilia, 16 sep (EFE).- El Banco Central de Brasil mantuvo este miércoles la tasa básica de interés en el mínimo histórico del 2 % anual, con lo que interrumpió una secuencia de nueve recortes consecutivos con los que buscó impulsar la economía del país, fuertemente golpeada por la pandemia del coronavirus.
El Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central decidió, por unanimidad, poner fin a ese ciclo de bajadas iniciado a mediados del año pasado, cuando empezó a reducir de forma progresiva los tipos desde el 6,50 % hasta el 2,00 % actual.
La decisión de mantener la tasa oficial de interés cumplió con las expectativas de los operadores económicos y financieros.
La entidad indicó que por el momento «no pretende reducir el grado de estímulo monetario» salvo que se produzcan cambios relevantes en las previsiones del escenario inflacionario.
«Eventuales ajustes futuros en el actual grado de estímulo ocurrirían» de forma más gradual y «dependerán de la trayectoria fiscal» y su influencia en el escenario inflacionario, añadió.
El término de esta racha de nueve recortes coincide con una disparada en el precio de los alimentos básicos en el país y en medio de la incertidumbre sobre la deriva fiscal del Gobierno de Jair Bolsonaro.
El emisor señaló que la actividad económica brasileña sigue en la senda de una «recuperación parcial», tras caer un 2,5 % en el primer trimestre y un histórico 9,7 % en el segundo, como ya ocurre en otros países.
Aunque subrayó que los sectores más afectados por las medidas de distanciamiento social, como los servicios, «permanecen deprimidos», pese a los subsidios distribuidos durante la pandemia por el Gobierno para desempleados, trabajadores informales y familiares carentes.
En este contexto, el comité destacó que «la incertidumbre sobre el ritmo de crecimiento de la economía sigue por encima de lo usual», especialmente con vistas al cierre de 2020, cuando se espera una disminución de las ayudas públicas por la pandemia.
Asimismo, el emisor prevé que la inflación, hoy en el 2,44 % interanual, aún por debajo de la meta para este año, aumentará en el corto plazo, presionada por esa subida temporal en los precios de los alimentos y la normalización en el cobro de algunos servicios que coincide con una menor incidencia de la crisis sanitaria.
En este sentido, citó algunos factores de riesgo que pueden desequilibrar el escenario inflacionario.
Por un lado, el alto nivel de ociosidad, concentrada en el sector servicios, puede llevar a una trayectoria de inflación por debajo de lo previsto y, por otro, las políticas fiscales de protección social para mitigar la pandemia pueden empeorar el estado de las cuentas públicas y presionar el índice de precios hacia arriba.
Los subsidios del Gobierno con motivo de la pandemia han disparado la deuda pública bruta hasta el 86,5 % y el déficit fiscal nominal hasta el 16,30 % del Producto Interno Bruto (PIB) entre enero y julio pasados, frente al 5,91 % que registró en el mismo periodo de 2019.
El comité, que espera inflaciones del 1,9 %, 3,0 % y 3,5 % para 2020, 2021 y 2022, respectivamente, también destacó como otro factor de inestabilidad las «frustraciones» en relación a la continuidad de la agenda de reformas de corte liberal.
En este sentido, manifestó que «perseverar en el proceso de reformas y ajustes necesarios en la economía brasileña es esencial para permitir una recuperación sustentable de la economía».
PEQUEÑO ESPACIO PARA NUEVAS BAJADAS
Por todo ello, la entidad señaló que la coyuntura económica obliga a mantener un estímulo monetario «extraordinariamente elevado», pero reconoció que «debido a cuestiones de prudencia y estabilidad financiera», el espacio para nuevas bajadas es «pequeño», como ya había indicado en su anterior reunión de agosto.
A pesar de la leve mejoría en los indicadores económicos de los últimos meses, Brasil camina hacia una retracción de su Producto Interno Bruto (PIB) récord para este 2020.
Analistas financieros consultados por el Banco Central prevén una caída del PIB brasileño del 5,11 %, mientras que el Gobierno de Jair Bolsonaro es ligeramente más optimista y fija ese descenso en el 4,70 %.
Sin embargo, los pronósticos de organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, indican una recesión de entre el 8 % y el 9 % este año.