Río de Janeiro, 22 ago (EFE).- Brasil, uno de los mayores productores y abastecedores de alimentos del mundo pero que actualmente importa casi la mitad del trigo que consume, puede convertirse en un importante exportador del cereal gracias a la tecnología que le permite cultivarlo en sus regiones tropicales.
La previsión es del Ministerio de Agricultura de Brasil, que en un comunicado divulgado este martes destacó las tecnologías desarrolladas en el país y que le permiten al gigante latinoamericano cultivar en sus extensas regiones tropicales el trigo, un producto típico de áreas templadas y climas fríos.
Actualmente los cultivos de trigo de Brasil están concentrados en los estados del sur del país, que cuentan con clima templado y estaciones marcadas, por lo que la producción está limitada a cerca de 3 millones de hectáreas.
Pero la Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa), mayor centro de investigación en agricultura del mundo y vinculado al Ministerio de Agricultura, desarrolló variedades genéticamente mejoradas de trigo y tecnologías agrícolas que le permiten al país tener una mayor productividad en los cultivos de trigo en áreas tropicales que en las regiones templadas.
Según el Ministerio de Agricultura, el dominio de esas tecnologías incentivó a los productores del estado de Bahía (en el tropical noreste de Brasil) a ampliar sus áreas de cultivo con trigo de las actuales 3.000 hectáreas hasta cerca de 20.000 hectáreas en unos cinco años.
La producción de trigo prevista para este año en Bahía es de 17.000 toneladas -en 3.000 hectáreas-, lo que ubica la productividad del cereal en la región en cerca de 5,66 toneladas por hectárea, por encima de la productividad promedio del país, que es de 2,9 toneladas por hectárea.
PRODUCTIVIDAD DOBLA EN EL TRÓPICO
«Hay algunos productores en Bahía que llegan a producir hasta 7 toneladas por hectárea siguiendo las recomendaciones de manejo y plantando las variedades más modernas», afirma el especialista Julio Albrecht, investigador de la Embrapa, citado en el comunicado.
Además de Bahía, otro estado del tropical noreste brasileño en el que comienza a emerger una cultura de trigo es Ceará.
Y la región oeste de Bahía, en donde están concentrados los cultivos de trigo tropical, está ubicada en una gigantesca frontera agrícola que forma parte del Cerrado (la Sabana brasileña) y que se extiende a los vecinos estados de Maranhao, Tocantins y Piauí, que también pueden convertirse en productores del cereal con la misma elevada productividad.
«Con la potencial expansión del área plantada en los próximos años y con el uso de tecnologías de manejo y de las nuevas variedades, los productores de trigo en el Cerrado pueden ayudarle a Brasil a alcanzar su autosuficiencia en este cereal», según el Ministerio de Agricultura.
De acuerdo con la cartera, actualmente Brasil produce 6,81 millones de toneladas de trigo al año pero consume 12,5 millones de toneladas anuales, por lo que tiene que importar el doble del grano que recoge, principalmente desde Argentina, Canadá y Estados Unidos.
«La tropicalización del trigo, que antes tan sólo era producido en la región sur, es un claro ejemplo de la importancia de la investigación y la innovación en la agropecuaria», afirma el Ministerio de Agricultura.
«El trigo, que es una cultura originalmente de clima templado, era producido exclusivamente en el sur de Brasil, pero hoy, gracias a la innovación agropecuaria brasileña, puede ser cultivado con alta productividad en el Cerrado, en los estados del noreste y hasta en la región (semiárida) de la Catinga», según el director de Innovación de Ministerio de Agricultura, Cleber Soares.
De acuerdo con Soares, el trigo puede seguir el mismo camino que la soja, de la que Brasil se convirtió en el mayor productor y exportador mundial gracias a las tecnologías que desarrolló para producir la oleaginosa en el Cerrado.
Según Soares, la expansión del cultivo en otros estados brasileños puede convertir a Brasil en un gran productor mundial de trigo.
«Nuestra perspectiva es que, con el avance del trigo tropical en el Cerrado y en el noreste brasileño, en un horizonte de corto tiempo, tal vez hasta dos años, dejaremos de importar trigo y por qué no, pasaremos a exportarlo», afirmó.