Río de Janeiro, 17 dic (EFE).- Brasil subastó este jueves con gran éxito, gracias a la intensa disputa entre grandes empresas mundiales y a las bajas tarifas obtenidas, once concesiones para tender y operar líneas de transmisión eléctrica, en la única licitación del tipo en el año de la crisis generada por la pandemia.
La Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel, regulador) consiguió adjudicar todos los once lotes de concesiones que ofreció, lo que garantiza que los vencedores tendrán que hacer inversiones por 7.340 millones de reales (unos 1.445 millones de dólares) en los próximos 60 meses.
Las licencias por 30 años adjudicadas prevén la construcción, operación y mantenimiento de 16 líneas de transmisión, con una extensión sumada de 1.959 kilómetros, así como de 12 subestaciones eléctricas, con capacidad de transformación de 6.420 megavatios (MWA), en nueve de los 27 estados del país.
En la subasta participaron 51 empresas, 14 de las cuales extranjeras.
Algunas de las concesiones llegaron a ser disputadas por hasta 17 empresas o consorcios y las que menos ofertas recibieron contaron con al menos tres interesados, lo que garantizó que los vencedores se comprometieran a cobrar tarifas por un valor hasta en un 70 % inferior a la máxima exigida por la Aneel.
Las subastas por líneas eléctricas en Brasil son adjudicadas a las empresas que se comprometen con las mayores reducciones a las tarifas máximas establecidas por el regulador.
De acuerdo con la Aneel, la reducción tarifaria promedia conseguida en las once subastas fue del 55,24 %.
El gran vencedor de la subasta realizada en la bolsa de valores de Sao Paulo fue la novata empresa brasileña Mez Energía, que, como líder del consorcio Saint Nicholas I, con el 75 % de participación, se adjudicó cinco de las once concesiones subastadas.
Pero fueron Neoenergía, controlada por la española Iberdrola, y CTEEP, perteneciente al grupo colombiano ISA, las que se quedaron con las concesiones más valiosas y disputadas.
Neoenergía y CTEEP fueron precisamente los grandes vencedores de la subasta de líneas de transmisión realizada por Brasil en diciembre del año pasado.
Las restantes cuatro concesiones se las adjudicaron las brasileñas Energisa, Agronegocio Alta Luz, CEEE-GT y el consorcio BRE3, liderado por Enind Energía.
Entre las grandes del sector que presentaron ofertas pero no se adjudicaron ninguna concesión estaban la china State Grid, la portuguesa EDP, la francesa Engie, la española Cymi, la generadora Furnas y el gigante brasileño Eletrobras, mayor generadora eléctrica de América Latina.
Neoenergía, la segunda mayor distribuidora de energía de Brasil, se quedó con el lote número dos de la subasta, que fue disputado por trece empresas y que prevé la instalación de una línea de transmisión eléctrica de 1.091 kilómetros de extensión que atraviesa los estados de Minas Gerais, Espíritu Santo y Bahía.
La subsidiaria de Iberdrola resultó vencedora al aceptar limitar hasta 159,7 millones de reales (unos 31,3 millones de dólares) los ingresos anuales que espera recibir por la prestación de sus servicios en esta concesión, a la que tendrá derecho por 30 años.
El valor que Neoenergía se comprometió a recibir como remuneración anual es un 42,60 % inferior al máximo que había establecido la Aneel para el vencedor de esta concesión.
La concesión que se adjudicó Neoenergía era la más costosa de las once subastadas este jueves debido a que exige del vencedor una inversión de 1.996,7 millones de reales (unos 391,5 millones de dólares) para el tendido de la línea.
La empresa se comprometió a concluir el tendido en 60 meses en un proyecto que la Aneel calcula que generará 3.993 empleos directos.
Fuentes de la empresa habían admitido a Efe su claro interés en esta concesión debido a que Neoenergía controla la distribuidora que atiende al estado de Bahía.
La Companhia de Transmissão de Energia Elétrica Paulista (CTEEP), principal subsidiaria de la colombiana ISA en Brasil, se quedó con el lote número siete, que le otorga el derecho a tender 63 kilómetros de líneas subterráneas de transmisión en Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil.
Pese a la corta extensión de esta línea, se trata de la concesión que exige la segunda mayor inversión, con 1.140,6 millones de reales (unos 223,6 millones de dólares).
La subsidiaria de ISA se comprometió a limitar sus ingresos por esta concesión a 68 millones de reales (unos 13,3 millones de dólares) anuales, valor en un 57,94 % inferior al máximo que había establecido la Aneel.
La subasta fue calificada como totalmente exitosa por la Aneel que, ante la crisis y la incertidumbre generada por la pandemia de la covid-19, tuvo que cancelar varias de las licitaciones que tenía previsto para este año.
Según la Aneel, los vencedores tendrán que construir las líneas de transmisión en plazos de entre 42 y 60 meses, para lo que, según sus cálculos, tendrán que contratar a 14.881 trabajadores.