Tegucigalpa, 30 sep (EFE).- Centenares de hondureños, entre hombres, mujeres y niños, salieron este miércoles desde San Pedro Sula, en el norte de su país, en caravana hacia Estados Unidos, aunque convencidos de no tener certeza hasta dónde podrán llegar.
«Vamos a lo que salga, todos somos gente pobre», dijo a Efe uno de los inmigrantes de 27 años, que prefirió el anonimato y que se identificó como ingeniero eléctrico.
Originario del municipio de Villanueva, departamento de Cortés, en el norte hondureño, cercano a San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país centroamericano, donde deja a sus padres, subrayó que siente «vergüenza» porque en su país, «pese a la profesión que tengo, llevo casi cuatro años sin poder conseguir un empleo».
«Le puedo mostrar correos y otra documentación para que vea cuántas solicitudes de empleo he enviado para conseguir un trabajo, sin lograrlo», recalcó.
El inmigrante dijo que «vale más» que no tiene esposa ni hijos, «porque entonces la situación sería más grave» para él y su familia.
Entre el grupo hubo algunos que indicaron que no temen a los controles migratorios, ni a contagiarse con la COVID-19, que en casi siete meses de pandemia en Honduras ha causado hasta hoy 2.353 muertos y 76.900 contagiados, según el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).
PUNTO FRONTERIZO DE CORINTO PARA SALIR DEL PAÍS
Efe pudo constatar que alrededor de al menos un millar de personas, en su mayoría jóvenes, se fueron concentrando poco a poco en la Central Metropolitana de autobuses de San Pedro Sula, desde donde luego decidieron salir en pequeños grupos hacia las 19:00 hora local del miércoles (01:00 GMT), aunque en principio algunos de los inmigrantes indicaron que lo harían al día siguiente temprano.
Los inmigrantes partieron en varios grupos en ruta hacia el punto de Corinto, departamento caribeño de Cortés, fronterizo con Guatemala.
La semana pasada comenzaron a trascender en redes sociales convocatorias para una nueva caravana que saldrá el 4 de octubre, desde San Pedro Sula, aunque alrededor de 200 lo hicieron el martes, en autobuses del transporte interurbano, desde la ciudad de Choluteca, en el sur del país, que se dirigieron en principio hacia Tegucigalpa, la capital, informaron medios locales de prensa.
Uno de los cuatro inmigrantes que hablaron escuetamente con Efe expresó que tienen claro que puede haber obstáculos en el camino, pero que «es más difícil vivir en el país con tantos años sin conseguir trabajo».
«Nos vamos porque aquí no hay trabajo», «tenemos hambre», «aquí solo hay trabajo para unos pocos», expresaron otros de los inmigrantes que salieron desde San Pedro Sula.
Entre los que partieron este miércoles, hubo algunos que no tenían claro si se irían por Corinto o por Agua Caliente, departamento de Ocotepeque, en el occidente hondureño.
Muchos de ellos iban sin mascarilla y otros incluso sin camisa en la aventura que iniciaron hacia la frontera con Guatemala, como primer objetivo.
«Vamos a llegar hasta donde se pueda, solo Dios sabe y nos acompaña», declaró a Efe otro de los inmigrantes.
Al enfilar por una autopista, muchos de los miembros de la caravana comenzaron a subirse en camiones y otro tipo de vehículos, cuyos chóferes accedieron a llevarlos.
GUATEMALA EXIGE PRUEBAS PCR POR COVID-19
El embajador de Honduras en Guatemala, Mario Fortín, manifestó a periodistas que ese país vecino, además de los documentos personales, está exigiendo pruebas PCR de laboratorio que garanticen que los extranjeros no están contagiados con COVID-19.
En lo que va 2020 han salido al menos cuatro caravanas de inmigrantes, en su mayoría poco numerosas, con la idea de llegar a Estados Unidos, de los que muchos no pudieron pasar de Guatemala, de donde fueron devueltos a su país.
La falta de empleo, la inseguridad y la violencia criminal, son las razones por las que muchos hondureños migran a diario a otros lugares, según fuentes de organismos de derechos humanos.
Una de las mayores caravanas de inmigrantes de hondureños, fue la primera, del 13 de octubre de 2018, con más de 4.000 personas, de los que algunos pudieron llegar hasta los Estados Unidos. A la primera, en Guatemala se sumaron inmigrantes de otros países.