Caracas, 6 jun (EFE).- La Ley Para la Promoción del Ciclismo Urbano de Venezuela, aprobada el pasado noviembre, comprometió al Gobierno a «promover, incentivar, proteger y regular» el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible, pero en la práctica, las ciclovías aún son una tarea pendiente.
Aunque la normativa fue celebrada por activistas del ciclismo, hoy día, quienes se trasladan en pedales consideran que los esfuerzos por hacer de la bicicleta un medio de transporte son insuficientes y poco planificados.
Usuarios y especialistas coinciden en que las buenas intenciones y las iniciativas de algunas alcaldías tampoco bastan para concretar esta práctica como una actividad segura.
SIN PLANIFICACIÓN
Una ciclovía de 19 kilómetros en Caracas, construida en 2013, representa la más importante inversión en esta materia en todo el país, pero las motos que la invaden y los tramos en los que entra en conflicto con peatones y con los vehículos complica su uso.
La arquitecta y especialista en movilidad urbana Sofía Paz explicó a Efe que el hecho de que no exista una autoridad única de planificación y que el ciclismo urbano sea visto como una actividad deportiva, y no como un mecanismo de movilización, complican el panorama.
Para Paz, las políticas públicas han sido «carrocéntristas» y eso ha generado que «no estén orientadas a la movilidad sostenible, en principio, porque (…) todo está disgregado y disperso en el espacio, y luego porque no se ha tenido la voluntad de mitigar e indagar sobre las externalidades negativas que se producen a la hora de utilizar únicamente transporte automotor».
«El rey siempre ha sido el auto», destacó la arquitecta, quien detalló que esta concepción de la movilidad recogida en las políticas públicas no responde a la necesidad de la mayoría, pues sostiene, a partir de estimaciones de estudios sobre movilidad, solo el 20 % de la población en Caracas tiene coche y el resto depende de transporte público.
«Hay estadísticas que indican que solamente el 20 % de los ciudadanos que viven en Caracas se mueven en auto, el otro 80 %, ¿cómo se mueve?», se preguntó la especialista, quien usa la bicicleta como medio de transporte.
Destacó que, incluso, el subsidio de la gasolina representa un obstáculo en la promoción del uso de la bicicleta, pese a que su uso aumentó en los últimos años como consecuencia de las carencias del sistema de transporte público.
«Esas acciones deberían ser globales, debería haber una autoridad única de transporte que tenga la potestad legal para indicar unos lineamientos que hagan y que haya una coherencia (…) porque al final hay que entender cómo se mueve la gente», apuntó Paz.
EN PELIGRO
El director de la organización Ciclovías Maracaibo, Ángel López, explicó a Efe que el «vacío intelectual y técnico» dentro de la administración pública ha derivado en los múltiples peligros que corren quienes usan bicicletas.
«No tenemos una administración pública que lo entienda y que atienda las fallas en el sistema de transporte ni las fallas en el ordenamiento de los espacios públicos», apuntó.
En este sentido, coincidió con Paz en que es mucho más rentable y sustentable para los Gobiernos la creación de ciclovías formales o recreativas, que la planificación de vías que fomenten el uso de los carros.
LA BICI ES SOLUCIÓN
El 3 de junio, el Día Mundial de la Bicicleta, un varias asociaciones ciclistas de Caracas, conformado por Biciaventuras, Bicitercio, Laboratorio Ciudadano, Casa Ciclista, el Observatorio de Ecopolítica y Movilidad Urbana en Bicicleta (Mubici) recorrieron la ciudad para recordar a las autoridades que deben ser tomados en cuenta.
La antropóloga y ciclista urbana Carmen Hinestroza formó parte de este grupo y explicó que esta y otras acciones no buscan sino hacer entender que la movilidad es un hecho humano y debe ser reconocida y respaldada.
Recordó que la bicicleta representa «una solución» y que «hay muchas medidas de alto impacto y bajo costo que se pueden implementar para lograr que haya una masificación».
Génesis Carrero Soto