Lima, 27 ene (EFE).- Cuatro consorcios en los que hay cinco empresas españolas y una italiana son los finalistas de la licitación para la construcción de la nueva terminal del aeropuerto de Lima Jorge Chávez, el más grande de Perú, anunciaron este miércoles los promotores de este millonario proyecto.
Los cuatro postores finales fueron seleccionados por Lima Airport Partners (LAP), la empresa concesionaria del aeropuerto ubicado en el Callao, la ciudad portuaria aledaña a la capital peruana.
A la fase final de la licitación llegaron los consorcios Inti Punku, conformado por la española Sacyr y la peruana Aenza; y Wayra, compuesto por las empresas españolas Ferrovial y Acciona y la peruana JJC, así como otro consorcio integrado por las compañías españolas Dragados y Cobra.
El cuarto finalista es la empresa italiana Webuild, anteriormente conocida como Salini Impregilo, que se postula para la adjudicación de manera independiente frente a los otros tres consorcios.
Todos los finalistas cumplieron con los requisitos solicitados por LAP, entre ellos capacidad económica y financiera, experiencia y especialidad en el sector aeroportuario, capacidad técnica y constructiva, experiencia en el desarrollo de grandes proyectos en Perú y estándares internacionales de cumplimiento y ética.
Estos cuatro postores fueron elegidos entre 26 empresas internacionales que se interesaron por el proyecto desde que el 26 de abril de 2020 se abrió el proceso de selección preliminar.
El consorcio Wayra que forman las españolas Ferrovial y Acciona y la peruana JJC ya se adjudicó en mayo de 2020 la construcción de la nueva torre de control y otros edificios secundarios de soporte cuyas obras ya están en marcha.
Además de la nueva terminal y una nueva torre de control, el proyecto de ampliación del aeropuerto internacional Jorge Chávez también comprende una segunda pista de aterrizaje, lo que en conjunto supone una inversión de 1.500 millones de dólares.
La previsión es que las obras concluyan en 2024 con el objetivo de doblar la capacidad actual del aeropuerto, que antes de la pandemia de la covid-19 funcionaba al límite de su capacidad con un volumen de unos 23 millones de pasajeros al año.
Antes de las restricciones para frenar la expansión del coronavirus, el aeropuerto de Lima operaba unos 730 vuelos a la semana, por lo que con la ampliación confía en convertirse en uno de los principales centros de conexión aérea de Sudamérica, dada su posición geográfica en la región.
