La Paz, 11 nov (EFE).- Famosos automóviles como el DeLorean, de la saga cinematográfica «Volver al futuro», o el batimóvil de Batman, además del primer vehículo a combustión creado en 1886, entre una diversidad de modelos a escala, convergen en la Diecast Con 2023, una convención que reúne en Bolivia a coleccionistas de vehículos en miniatura.
La convención reúne desde este sábado a diversos clubes de coleccionistas bolivianos en el Campo Ferial «Chuquiago Marka» de La Paz, bajo la organización del Diecast Club La Paz, explicó a EFE Juan Carlos Villca, uno de sus integrantes.
Según Villca, el club paceño recibió en 2018 el testigo del Club Cocha Wheels, organizador de la primera convención en la ciudad central de Cochabamba, aunque esta segunda versión tuvo que esperar a este año por la pandemia de la covid-19.
«Más que todo se trata de incentivar el coleccionismo a todas las personas que son amantes de los ‘fierros’ (término propio del automovilismo), de los autos y también compartir en familia», afirmó.
Los autos que se exhiben son de distinta marcas, modelos y escalas, según el interés y especialidad de cada participante.
La escala se refiere al tamaño de la pieza respecto a un vehículo normal, por ejemplo, «la 1/64 significa que el modelo es 64 veces más pequeño que un auto normal», explicó.
Así, las escalas «más comerciales» son la 1/64, 1/43, 1/24 y 1/18, agregó Villca.
Garaje a escala
Las marcas que más se ven en la exhibición son Hot Wheels y Matchbox, algunos fuera de sus envases (EMPAQUES), otros en muebles especiales para lucirlos, y los más exclusivos, conservados aún dentro de sus blísteres originales.
Carros bomberos, autos deportivos, de carreras, «Monster Trucks» (camiones monstruo), clásicos de Mercedes Benz, Chevrolet, Nissan y convertibles, son algunos de los modelos llevados por los coleccionistas.
No faltan los vehículos «famosos», como el DeLorean de «Volver al Futuro», en distintas versiones y tamaños; el vehículo de los Cazafantasmas, el GT40 de Ford y el Ferrari 330 P3, de la película «Ford vs Ferrari»; colecciones de la saga «Rápidos y Furiosos», o el McLaren MP4/7, del fallecido piloto brasileño Ayrton Senna.
También hay una infinidad de batimóviles, desde el que apareció en la serie que protagonizó Adam West, hasta el «Black Tumbler», usado en la trilogía «El Caballero Oscuro» de Christopher Nolan.
El Club Auto Escala de La Paz llevó colecciones de autos hechos en Rusia, otros que ofrecen un recorrido por la historia de Nissan, una serie de Mercedes Benz dedicada al piloto argentino Juan Manuel Fangio, con modelos a escala 1/8, y una réplica del primer vehículo a combustión creado por Carl Benz en 1886.
En el evento no puede faltar el «rey» del transporte público en La Paz, el «minibús», que no es otra cosa que una van Toyota adaptada para el traslado de pasajeros y cuya miniatura fue hecha por encargo de los organizadores como pieza conmemorativa de la convención.
Amor por los autos
Las colecciones son diversas (VARIADAS), pero el factor común que une a sus dueños es su amor por los vehículos.
«Siempre me han gustado los autitos desde pequeño. Lastimosamente cuando uno es pequeño, si bien tiene la afición, no tiene la capacidad económica para empezar a coleccionar», comentó Villca.
Pero ya con los «recursos necesarios», este coleccionista ha podido darse el gusto de conseguir todos los autos con los que jugó de niño y los que no pudo tener entonces.
Villca tiene 55 años y en los 13 que lleva coleccionando ha reunido hasta el momento unas 16.000 piezas.
Osmar Zapata, del Club Cocha Wheels, llegó a La Paz con 56 piezas «seriadas» de Hot Wheels, es decir, que sólo se consiguen con membresía del club internacional de esa marca.
«Cuando uno empieza a tener cierta cantidad de piezas, se va exigiendo e incluso va estudiando sobre este tema del coleccionismo y va viendo que hay una gama más exclusiva», comentó a EFE Zapata, que comenzó a coleccionar autos a escala desde 2014.
El presidente del Club Auto Escala, Ransef Valcarcel, se declaró un «amante de los ‘fierros'» desde siempre y confesó a EFE que su primera palabra fue «auto».
«Mi papá me enseñó a armar y desarmar motores, él es ingeniero electrónico, pero siempre ha sido aficionado a la mecánica, entonces he crecido con ese amor a los ‘fierros’ y a falta de poder conseguir este tipo de autos en la vida real, pues uno se hace un garaje a escala», explicó.
A su juicio, la diferencia entre una «acumulación de objetos» y una colección es el «carácter cultural» que se dé a la iniciativa, es decir, conocer cada pieza, su historia o tener parámetros claros para la temática.
