Tegucigalpa, 30 oct (EFE).- El prolongado asueto que tendrá Honduras la próxima semana es defendido por el Gobierno y los empresarios porque supone un alivio para la economía del país, pero médicos al frente de la pandemia de la covid-19 están en contra porque consideran que puede disparar las cifras de muertos y contagios.
El asueto, que debió ser en octubre, como parte de la «Semana Morazánica» para promover el turismo interno, que se ha visto duramente golpeado por la pandemia, se pospuso del 4 al 8 de noviembre, precisamente por la alta incidencia de contagios y muertos que sigue registrando el país centroamericano.
El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, defiende la «Semana Morazánica» porque son 274.000 familias las que dependen del turismo y tienen hijos, deudas y necesitan comer.
En una visita a la colonial ciudad de Gracias, departamento de Lempira, en el occidente del país, de donde es originario, Hernández dijo que «sí se puede reabrir la economía», aunque «la pandemia es dura», con una cifra de contagios que ya ronda los 100.000, mientras que los muertos superan los 2.600 en casi ocho meses de crisis sanitaria.
«Hacemos un llamado a cuidar la vida y también la economía, y a los que critican el feriado Morazánico les digo que son 274.000 familias las que dependen del turismo», que «tienen hijos, tienen deudas y que deben comer», enfatizó el gobernante.
ASUETO UNA ESPERANZA PARA EMPRESARIOS DEL TURISMO
Para que la población pueda salir a diversos sitios turísticos, durante el asueto no se restringirá la circulación de las personas, las que, en caso de viajar, deberán cumplir con un riguroso protocolo sanitario para evitar que haya más contagios con covid-19, cuyos primeros dos casos fueron confirmados el 11 de marzo.
Hasta ahora, las personas están saliendo a partir del último dígito de su carné de identidad, en el caso de los hondureños, y pasaporte, sin son extranjeros.
La circulación está limitada a dos dígitos diarios, pero la percepción entre los hondureños por la movilización de personas y vehículos circulando, es que está saliendo más gente que la autorizada, aprovechando que ya los policías no están requiriendo a nadie, salvo muy pocas excepciones.
La medida de control de circulación sí se está aplicando en bancos, supermercados, restaurantes y otros comercios formales, en los que además se exige el uso de mascarillas, aunque en todo el país son muchas las personas que no hacen uso de tapabocas.
En 2019, sin ningún tipo de pandemia, la «Semana Morazánica» dejó una derrama económica en el país que superó los 2.000 millones de lempiras (más de 81 millones de dólares).
Según las proyecciones que tenía la Cámara Nacional de Turismo de Honduras (Canaturh), en 2020 se esperaba una movilización de unos cuatro millones de turistas y que el movimiento económico tuviera un incremento bastante alto con respecto a 2019.
Pero a raíz de la pandemia, el presidente de la Canaturh, Epaminondas Marinakys, dijo hoy a periodistas que si este año se lograra la mitad de la derrama económica que hubo en 2019, «sería un logro, por la difícil situación que atraviesa el país».
La propagación del coronavirus ha llevado al cierre parcial o total a muchos negocios, entre ellos hoteles grandes, medianos y pequeños, mientras que entre 500.000 y 600.000 personas han quedado sin empleo, según el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), que sigue apostando por una recuperación económica gradual bajo el cumplimiento de medidas sanitarias.
MÉDICOS EN DESACUERDO CON EL ASUETO
Todos los sectores coinciden en que es necesario que el país siga avanzando en el proceso gradual de la reactivación económica para que no se paralice totalmente, como estuvo durante los primeros tres meses a causa de la pandemia de la covid-19.
El problema con muchos hondureños, es que no están cumpliendo con las medidas sanitarias recomendadas por el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), lo que ha disparado los casos de contagios en los 18 departamentos del país.
Profesionales de la medicina como el presidente de la Asociación de Médicos del Seguro Social de la región noroccidental del país, Carlos Umaña, considera que «Honduras se encamina a muchos fallecidos».
«Eso es lo que estamos temiendo», dijo Umaña a Efe al referirse al asueto de la próxima semana.
Umaña considera que para un asueto como el previsto, se necesita proteger a todo el personal sanitario al frente de los hospitales públicos, de los que muchos han venido trabajando con limitaciones, lo que en parte ha sido un factor para que al menos 50 médicos hayan fallecido durante la pandemia, porque se contagiaron en sus centros de trabajo.
Señaló además que nadie se opone a la reactivación económica, sino al contrario, porque el país no se puede paralizar, ni permitir que aumenten los niveles de pobreza y miseria por la pandemia, pero que la gente no puede salir masivamente porque las consecuencias pueden ser fatales por el precario sistema de salud que tiene Honduras.
Diversos sectores coinciden en que, mientras en Europa se está volviendo a un riguroso confinamiento por rebrotes de covid-19, en Honduras, un empobrecido país de casi 9,5 millones de habitantes, se está a las puertas de un prolongado asueto que podría dejar mayores consecuencias que las sufridas hasta ahora por la pandemia.