La Habana, 16 dic (EFE).- La cúpula del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) estudia poner en marcha un programa de estabilización macroeconómica que ataje los actuales desequilibrios monetario, financiero y fiscal, además de sacar al país de la profunda crisis que sufre desde hace tres años.
El VII pleno del Comité Central del PCC, una reunión de dos días que concluye este sábado en La Habana, evaluó este plan de emergencia junto a otras medidas económicas, según informaron conjuntamente los sitios web de la formación política y la presidencia del país.
Entre los 15 nuevos puntos que se han propuesto en esta cita para incluir en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución está un «programa de estabilización macroeconómica», algo que habían reclamado en los últimos meses distintos expertos independientes ante el deterioro de los indicadores del país.
Se trata de «un programa de estabilización macroeconómica que establezca un entorno monetario, cambiario, financiero y fiscal para impulsar la recuperación y el crecimiento de la economía, la convertibilidad y funciones de la moneda nacional y la reducción de la inflación».
Entre los demás nuevos lineamientos destacan los que persiguen «el proceso efectivo de desdolarización de la economía» y el establecimiento de un tipo de cambio «económicamente fundamentado y estable», para que «variables y precios» no estén «fijadas administrativamente», sino que «reflejen las condiciones de la economía».
En este sentido, el pleno propuso además eliminar un lineamiento previo que abogaba por seguir implementando la llamada Tarea Ordenamiento, un paquete de reformas que pretendía acabar con la dualidad monetaria en el país y ha generado serios desequilibrios micro (pérdida de poder adquisitivo) y macroeconómicos (inflación, déficit, dolarización).
Otros nuevos lineamientos apuntan a «reducir la emisión monetaria asociada a la actividad fiscal y cuasifiscal» para atajar la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de salarios y pensiones. Cuba va a cerrar su cuarto ejercicio consecutivo con un déficit por encima del 10 % del producto interior bruto (PIB).
Crisis
El encargado de presentar estas propuestas de lineamientos en el pleno del comité central del PCC fue el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, quien previamente había perfilado la situación en la que se encuentra la isla.
Gil reconoció que no se van a cumplir las previsiones macroeconómicas del Gobierno para este año, poco después de que el Consejo de Estado aprobase esta semana una reforma de la Ley de Presupuesto de 2023 para aumentar el déficit fiscal en más de un 44 %.
Evidencia de la situación en la que se encuentra el país son las «prioridades» que enumeró Gil: mantener la «canasta básica» -los básicos, cada vez más escasos, que reparte el Gobierno a precios muy subsidiados), «la generación eléctrica» y «la disponibilidad de combustibles, aseo y otros productos vitales».
El ministro indicó que las afectaciones por los apagones cayeron este año un 32 % con respecto al anterior (pese a que partes del país sufren cortes a diario) y estimó que la inflación del mercado formal se sitúe en el 30 % al final del ejercicio (lo que supone una desaceleración con respecto a 2022, aunque aún en tasas dolorosas para la economía y las personas).
Cuba sufre desde hace tres años una grave crisis con desabastecimiento de básicos como alimentos, medicinas y combustible, una inflación desbocada, la dolarización parcial de la economía y frecuentes apagones, lo que ha generado una oleada migratoria sin precedentes y descontento social (incluso protestas que han sido duramente reprimidas).
Tras esta crisis están las consecuencias de la pandemia y el endurecimiento de las sanciones estadounidenses durante el Gobierno de Donald Trump (que en su mayoría no han sido derogadas por su sucesor, Joe Biden), pero también ciertas decisiones en política económica y monetaria de Cuba.