Cusco (Perú), 5 nov (EFE).- Calles desiertas, restaurantes vacíos y tiendas cerradas es la extraña postal de la pandemia que quiere romper Cusco, la capital turística de Perú y parada obligada para llegar a Machu Picchu, que busca reconquistar bajo la nueva normalidad a los turistas extranjeros que el virus le arrebató.
La antigua capital del imperio de los incas comienza a ver la luz al final del oscuro túnel que atravesó con uno de los confinamientos más largos del país ya que el efecto de la covid-19 llegó más tarde a esta región andina del sur de Perú, que ahora trata de adaptarse para dar seguridad a sus visitantes.
Antes de la pandemia, el centro histórico de Cusco, considerado el «ombligo del mundo», era una vorágine de turistas llegados de todas partes del planeta que recorrían sus estrechas calles entre finos muros incas y señoriales casas de la época colonial, en una mixtura de estilos única.
Desde algunos de los miradores apostados en las partes altas de la ciudad, como el de San Blas, el de San Cristóbal o el del Cristo Blanco, la gran Plaza de Armas donde se encuentra la catedral y la Iglesia de la Compañía de Jesús lucía como un hormiguero incesante de visitantes moviéndose de un lado a otro.
Ahora la calma es absoluta en esta plaza central y la estatua del inca que corona la fuente que se encuentra en el centro mira solitaria como siempre hacia la fortaleza de Sacsayhuamán, ubicada en la parte más alta de la ciudad.
PRIMEROS TURISTAS SON NACIONALES
Por ahora son pocos los turistas que han comenzado a volver a Cusco, eminentemente peruanos atraídos por los bajos precios de los billetes aéreos en este contexto tras la reapertura de los vuelos domésticos el mes pasado y por el acceso gratuito para Machu Picchu, que reabrió sus puertas a los turistas el lunes.
Pese a que no son muchos, algunos trabajadores de las agencias de turismo locales salen con los primeros rayos del sol a la gran plaza cusqueña para tratar de captar algún turista para alguno de sus recorridos por la ciudad y la región.
«Vemos la plaza vacía y se extraña el turista extranjero. Al menos ahora ya estamos recibiendo a algunos turistas nacionales», comentó a Efe Lisdi Arenas, trabajadora de la agencia Machupicchu Extremo.
«Se nos hace difícil no verlos y un poco triste no compartir con ellos. Nos da pena porque somos de aquí, antes que nos dediquemos a esto, siempre hemos visto turistas», apuntó Arenas, consciente de que su ciudad no recuperará al normalidad hasta que vuelvan los turistas extranjeros.
AÚN SIN VISITANTES EXTRANJEROS
Era este turismo foráneo el que había convertido el centro histórico de Cusco un barrio cosmopolita, una torre de babel de múltiples lenguas que se mantenía activa hasta altas horas de la noche con una intensa actividad nocturna.
«Pueden venir y conocer un poco más de nuestra historia, con total tranquilidad de que los vamos a recibir bien y los vamos a cuidar», aseguró Arenas, que portaba dos mascarillas para mayor protección.
Por ahora están haciendo recorridos turísticos por rutas alternativas, pues todavía hay varios puntos cerrados en la región de Cusco como la famosa montaña Vinicunca, también conocida como la montaña arco iris o la montaña de siete colores, aunque se espera que paulatinamente se vayan reabrieron como ya se ha hecho con Machu Picchu.
SELLO DE TURISMO SEGURO
Durante las últimas semanas, Cusco está adaptándose para reanudar el turismo bajo la nueva normalidad, lo que implica protocolos de desinfección y menor aforo tanto para las salas de los restaurantes como para las visitas a los sitios de interés con tal de mantener la distancia social.
Así la capital cusqueña fue la primera ciudad de Perú en obtener el primer sello «Safe Travels», del Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC, por su sigla en inglés), una certificación internacional para dar mayor tranquilidad e incentivar el regreso de los turistas a la ciudad.
«Es muy importante el compromiso de los agentes y de la población. Solo así podremos dar a los visitantes la confianza de arribar y conocer los innumerables atractivos turísticos de esta hermosa ciudad», indicó la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Rocío Barrios, durante la ceremonia de entrega del sello celebrada frente al Qoricancha, el principal templo inca de Cusco.
La misma certificación ha obtenido ya Machu Picchu y el Valle Sagrado de los Incas, dos de los principales atractivos turísticos que concentran a la mayoría de los visitantes que llegan a Cusco.
VUELOS INTERNACIONALES
Desde octubre ya se han reabierto las fronteras aéreas y paulatinamente se han reanudado las rutas regulares de vuelos con prácticamente toda América, por lo que el siguiente paso será reanudar los vuelos comerciales regulares con Europa, aunque de momento no hay fecha fijada para ello.
Como parte de los protocolos contra el covid-19 para los viajeros que llegan del extranjero, Perú exige presentar el resultado negativo de una prueba molecular (PCR) tomada como máximo 72 horas antes del vuelo y una declaración jurada de salud donde el viajero debe afirmar no tener síntomas y consignar su itinerario de viaje.
Perú está superando una primera gran ola de contagios de covid-19 que lo ha llevado a ser uno de los epicentros de la pandemia con más de 900.000 casos confirmados y más de 34.000 muertes, lo que le hace tener la tasa de mortalidad por coronavirus más alta del mundo, al promediar 105 decesos por cada 100.000 habitantes.
Fernando Gimeno