Ciudad de Panamá, 8 dic (EFE).- La grave sequía, producto del fenómeno de El Niño y la prolongación de la época seca, ha disparado las alarmas en el canal de Panamá, al obligar a la vía interoceánica a aplicar medidas drásticas para hacer frente a esta situación sin precedentes este 2023.
Algunas de ellas son la reducción de los tránsitos diarios hasta el año próximo, del calado de las embarcaciones y de la tarifa variable que se cobra por el uso de agua dulce, que tendrán un impacto económico en el año fiscal de 2024, comprendido entre el pasado 1 de octubre hasta el 30 de septiembre del año próximo.
Uno de los efectos directos ha sido el embotellamiento para entrar al canal, con hasta 160 naves en espera, principalmente buques sin reserva, es decir, sin un cruce programado, que en su gran mayoría son graneleros, gaseros, quimiqueros, entre otros.
Para este viernes había 75 naves en las filas, 47 con reserva y 28 sin ella, de acuerdo con los datos de la vía interoceánica, una ruta relevante del comercio mundial que en circunstancias normales mueve cada año de 500 a 510 millones de toneladas de carga.
Las consecuencias económicas
El canal de Panamá ha reducido gradualmente el número de tránsitos diarios este 2023 hasta llegar a 31 buques en noviembre, y se espera que en febrero próximo crucen 18 buques, según las previsiones.
«El pronóstico es que en enero deben ser 20 tránsitos y en febrero 18. Esto lo estamos evaluando (..) y monitoreando cada día porque si pueden venir algunas precipitaciones como en noviembre, que la lluvia acumulada fue de 300 milímetros y eso ayudó un poco a mejorar la situación», dijo a EFE el supervisor hidrólogo del canal, Nelson Guerra.
El canal de Panamá podría dejar de percibir en sus ingresos alrededor de 200 millones de dólares en 2024 debido a la reducción de tránsitos diarios que se ha visto obligado a implementar por la sequía, dijo en agosto pasado su administrador, Ricaurte Vásquez.
La vía anunció en septiembre como compensación una reducción de cerca del 50 % en la tarifa variable que cobra por usar agua dulce debido a las escasas lluvias este año en Panamá, país que solo tiene dos temporadas, seca y lluviosa.
A pesar de ello y ante la reducción de tránsitos diarios así como un embotellamiento en la entrada del canal, algunas navieras han optado por explorar rutas alternas, a pesar de que pueden ser más extensas y costosas, según ha informado la prensa local citando a medios especializados.
Un año caluroso, cae el nivel del lago principal
Debido al fenómeno de El Niño, la precipitación promedio acumulada de lluvias en la cuenca hidrográfica del canal – de unos de 350.000 kilómetros cuadrados aproximadamente, en el corazón de la vía- para 2023 es un 25,6 % menos que la media de los últimos 73 años, según la información oficial.
«Venimos con un tema de déficit hídrico en este año. Respecto a la lluvia, en el período comprendido del 1 de enero al 5 de diciembre, y comparado con el registro histórico desde 1950 a la fecha, (2023) está siendo, hasta el momento, en el tercer año con menos lluvia o más seco en los últimos 74 años», apuntó Guerra.
El Canal ya ha avisado en anteriores ocasiones que desde hace dos décadas llueve menos en el país. El pasado octubre fue el mes más seco desde que se tienen registros al llover un 41 % menos de lo habitual.
Por tanto, el nivel de agua del lago Gatún, la principal fuente del canal, ha caído hasta aproximadamente 81 pies PLD (Precise Level Datum o Nivel de Referencia Preciso) frente a los 88 pies PLD de un «año normal», una situación atípica en diciembre al comenzar la época seca en Panamá, explicó Guerra.
El Canal de Panamá explora la posibilidad de crear un nuevo embalse de agua, una decisión que recae en manos del Ejecutivo.