Río de Janeiro, 27 jun (EFE).- El Banco Central de Brasil puede iniciar un recorte «parsimonioso» en los tipos de interés en agosto próximo si la inflación continúa en el ritmo de desaceleración de los últimos meses, según el acta de la última reunión del emisor, divulgada este martes.
La tasa básica de interés en Brasil se mantiene en el 13,75 % anual desde agosto del año pasado, su nivel más alto desde 2016.
De acuerdo con el banco, la reducción de los tipos de interés se realizará de una forma muy gradual y tendrá en cuenta el impacto de la desaceleración de la inflación en el país.
«La evaluación predominante fue que la continuación del proceso desinflacionario en curso, con el consiguiente impacto en las expectativas, puede permitir acumular la confianza necesaria para iniciar un parsimonioso proceso de inflexión en la próxima reunión», prevista para agosto, informó el Banco Central.
Aunque la probabilidad del recorte tenga el apoyo de la mayoría de los miembros del comité que toma la decisión en el Banco Central, el acta señala que unos pocos todavía continúan cautelosos y sugieren que los intereses se mantengan en el nivel actual «hasta que se observe un mayor soporte de las expectativas a largo plazo».
De acuerdo con el emisor, todos los miembros del comité concordaron de forma unánime en que la posible reducción de la tasa de interés en Brasil dependerá, entre otros, de la dinámica inflacionaria en el país, la capacidad de crecimiento económico del país sin generar inflación y del balance de riesgo sobre los precios.
Según las proyecciones del escenario de referencia del Banco, la inflación cerraría 2023 con un 5 % y en 2024, con un 3,4 %, niveles similares a las previsiones del mercado (5,06 %, para este año y 3,98 % para el próximo).
La semana pasada, el Banco Central de Brasil mantuvo, por séptima vez consecutiva, los tipos de interés en el 13,75 % una decisión en contra de la voluntad del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que insiste en su reducción.
Esto, porque el Gobierno de Lula considera que el mantenimiento de los tipos encarece la financiación del sector empresarial y entorpece el crecimiento económico.