Sao Paulo, 12 abr (EFE).- El presidente del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, defendió este lunes la austeridad fiscal, especialmente en las economías emergentes, como la brasileña, aunque continúe la pandemia del nuevo coronavirus.
«Llegamos a un momento, hoy, de enfrentamiento a la pandemia, en el que es preciso enviar un mensaje de austeridad y seriedad fiscal», afirmó Campos Neto, en la I Conferencia Iberoamericana de Bancos Centrales, organizada por el Banco de España y la Secretaría General Iberoamericana (Segib).
El economista subrayó que el espacio que tiene Brasil para gastos fiscales es «muy pequeño» en la actualidad, por lo que es «muy difícil» tener la misma capacidad de formular políticas de sustentación de la crisis generada por la covid-19 que los países desarrollados.
El Gobierno de Brasil hizo un enorme desembolso durante el año pasado con la distribución de subsidios que llegaron a 68 millones de brasileños y que ha retomado este año con valores inferiores y un universo menor de personas beneficiadas.
Esos gastos extraordinarios dispararon el déficit fiscal nominal del país hasta el 14 % y la deuda pública a niveles récord por encima del 90 %.
A los agentes económicos les preocupa ahora la distribución de esa nueva ronda de ayudas estatales, pues podría debilitar aún más las maltrechas cuentas públicas y agravar la crisis fiscal que afronta el país.
«Cuando se intenta un gasto adicional la desorganización de precios que se causa en el mercado tiene un impacto mayor en el crecimiento que el dinero que se coloca en la economía», apuntó Campos Neto.
El presidente del emisor brasileño hizo así alusión a las presiones inflacionarios de los últimos meses que han disparado los precios en la mayor economía suramericana, especialmente los de los alimentos, y que ocurre también en otras emergentes, como la turca.
La inflación en Brasil se sitúa actualmente en el 6,10 % interanual, por encima de la meta de este año que es de 3,75 %, con un margen de tolerancia de 1,5 puntos más o menos.
La creciente inflación hizo que el Banco Central de Brasil aumentara por primera vez desde 2015 la tasa básica de interés desde el 2,00 %, mínimo histórico, hasta el 2,75 % anual, con espacio para nuevos incrementos en los próximos meses, pese a la alta incidencia de la pandemia de covid-19, que vive su peor fase en el país.
