Brasilia, 7 oct (EFE).- El presidente del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, dijo este miércoles que el país debe mantener los «extraordinariamente elevados» estímulos monetarios actuales, pues la recuperación económica aún no se ha consolidado.
Campos Neto consideró que algunos pocos sectores productivos han comenzado a mostrar una retomada tras la paralización casi total de actividades entre marzo y junio, los meses más duros de la epidemia de coronavirus en el país, pero aclaró que eso no vale para todos.
«Hay sectores, que fueron los más golpeados» por las medidas de aislamiento social impuestas para contener la pandemia, que todavía están «muy deprimidos», dijo en una videoconferencia dictada en el marco de un evento de la Cámara de Comercio Brasil-Estados Unidos.
La parálisis provocada por la COVID-19 llevó a algunos bancos y organismos internacionales a proyectar una contracción económica de hasta el 14 % para Brasil este año, pero esas previsiones han sido rebajadas desde hace dos meses, cuando comenzó la retomada.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) fue una de las entidades que revisó esos pronósticos a la baja y esta misma semana consideró que la caída del Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil este año será en torno al 5,8 %, en tanto que el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro calcula que el derrumbe será en torno al 4,7 %.
Según Campos Neto, para atajar la caída será necesario que el Gobierno mantenga los elevados estímulos monetarios, fiscales y hasta sociales, que incluyen desde una política de bajos intereses hasta una ampliación de los auxilios a los más pobres.
Para contener los efectos económicos de la pandemia, Brasil ha aprobado reglas temporales de exenciones tributarias y aumentado el valor de los programas sociales, lo que ha ayudado a impedir una caída mayor del consumo y la recaudación impositiva en medio de la pandemia.
Sin embargo, esas reglas de excepción caducarán a fin de año, por lo que Campos Neto subrayó que, si bien en este momento es necesario mantener esos estímulos, estos deberán ser reducidos «gradualmente», a fin de garantizar la «responsabilidad fiscal».
En ese sentido, subrayó que todo movimiento deberá hacerse dentro del llamado «techo de gastos», impuesto por una ley aprobada en 2017 y que limita el aumento de los presupuestos anuales a la inflación del ejercicio inmediatamente anterior.
Frente a la posibilidad de que una normalización de los niveles de consumo impacte en la inflación, que se prevé que cerrará este año en un 2 %, la mitad de lo previsto en enero pasado, Campos Neto alertó de que «el espacio para utilizar la política monetaria» como medida de contención «será pequeño, si es que llega a haberlo».