Sao Paulo, 24 sep (EFE).- El Banco Central de Brasil redujo este jueves la previsión de contracción del Producto Interior Bruto (PIB) del país sudamericano desde el 6,4 % previsto en junio para un 5 %, mientras que elevó la proyección de la inflación para este año hasta un 2,1 %.
En su Informe Trimestral de la Inflación, el emisor afirmó que ha mejorado sus estimativas para la economía brasileña debido a las perspectivas «más favorables» para el tercer trimestre, que incluyen los más recientes indicadores domésticos, la ralentización de la pandemia del coronavirus y la «evolución esperada de la economía internacional».
El reporte destacó que la actividad económica brasileña presenta una «recuperación parcial» tras meses de paralización de los sectores para contener la COVID-19 y que se recupera de forma «relativamente más rápida que los demás países emergentes».
La nueva proyección considera el «crecimiento acentuado en el tercer trimestre», impactado por las «medidas gubernamentales de combate a los impactos económicos de la pandemia y por la retomada gradual a niveles de consumo vigentes antes del periodo de aislamiento social».
Las estimativas del Banco Central están en línea con las proyecciones del mercado, que prevé una retracción del 5,05 % en el PIB brasileño, pero algo más pesimista que las del Gobierno brasileño, que espera una caída de un 4,7 % este año.
El emisor reconoció, sin embargo, que la incertidumbre sobre el ritmo de la recuperación del país se ubicará «por encima de la usual» en el último trimestre del año, en gran medida debido al fin de las ayudas económicas otorgadas por el Gobierno a millones de brasileños en un intento de mitigar los efectos de la pandemia.
«Se espera una desaceleración de la tasa del crecimiento, asociado, en parte, a la disminución esperada de las transferencias de recursos extraordinarios a las familias» más necesitadas, precisó.
En cuanto a la inflación, el Banco Central revisó al alza sus proyecciones, que pasaron desde el 1,9 % en junio para el 2,1 % anual en el informe divulgado este jueves.
Pese a la revisión, la nueva proyección se mantiene muy por debajo de la meta del 4 % que se impuso para 2020.
Según la autoridad monetaria, la revisión fue necesaria ante la «relevante» alza de los precios, sobre todo de los alimentos básicos.
Para 2021, el Banco Central prevé un crecimiento de un 3,9 % en el PIB brasileño, una proyección que está «condicionada» a la continuidad de las reformas económicas y del mantenimiento del ajuste fiscal para equilibrar las cuentas públicas. Ya la inflación deberá terminar 2021 con un alza del 3 %.
La emergencia de la COVID-19 ha frustrado las expectativas de crecimiento previstas para la mayor economía de Sudamérica para este año, que era del 2,5 % y con la que Brasil confiaba en recuperarse de la fuerte recesión sufrida en 2015 y 2016, cuando el PIB se desplomó un 7 %.
En 2017, la economía brasileña creció un 1,3 %, en 2018 un 1,3 % y, en 2019, un tímido 1,1 %.
DESPLOME DE LAS INVERSIONES EXTRANJERAS
El Banco Central también redujo su expectativa para los ingresos derivados de inversiones extranjeras directas en el país, que pasó desde los 55.000 millones de dólares proyectados en junio para 50.000 millones de dólares en el informe de septiembre.
Si confirmado, este será el menor nivel de inversiones internacionales en Brasil desde 2009.
La revisión se produce en momentos en que pesan, además de la crisis económica provocada por el coronavirus, la preocupación de los inversores extranjeros ante las políticas ambientales del Gobierno liderado por el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
El pasado julio, líderes de 38 grandes corporaciones enviaron una carta al vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, en la que piden medidas más contundentes por parte del Ejecutivo para combatir la deforestación ilegal en la Amazonía brasileña y preservar así la imagen del país en el extranjero.
Entre enero y agosto, las inversiones extranjeras directas en Brasil sumaron 26.957 millones de dólares, lo que supone un caída de un 41 % frente al mismo periodo de 2019, cuando alcanzaron 46.000 millones.