Santiago de Chile, 8 jun (EFE).- El Banco Central de Chile revisó este miércoles la previsión de crecimiento para este año y vaticinó la posibilidad cada vez mayor de que el país entre en recesión en 2023.
En el segundo Informe de Política Monetaria (IPoM) del año, el ente emisor pronosticó una expansión 1,5 y 2,25 %, un crecimiento mucho más robusto al que calculaba en marzo (entre el 1 y el 2 %) debido a un «mayor dinamismo del consumo durante la primera parte del año, que lleva a revisar al alza su proyección de crecimiento para 2022, retrasando su ajuste hacia la segunda parte de este año y 2023».
En este contexto, el informe, firmado por la presidenta de la entidad, Rosanna Costa, apunta una probable recesión para el próximo año, con una posible variación del PIB de entre -1,0 y 0 % en 2023 para luego crecer entre 2,25 y 3,25 % en 2024.
El informe coincidió hoy con la publicación de la inflación de mayo, que anotó un nuevo incremento por quinto mes consecutivo y que eleva el pronóstico del año por encima del 11 %, una cifra que no se conocía en Chile desde hace treinta años, arrastrado por los alimentos y el transporte, en principal el aéreo.
A este respecto, el Banco Central considera que el incremento excesivo en la demanda interna registrado en 2021 aún influye en el alza de la inflación junto a las presiones externas derivadas del incremento de los precios de alimentos y materias primas, además de las persistentes dificultades en las cadenas productivas y de suministros a nivel global.
«La variación anual del IPC seguirá aumentando, hasta valores algo por debajo de 13% durante el tercer trimestre» para después comenzar a descender y terminar 2022 en torno a 10 %.
«En este caso, los principales cambios responden a los mayores precios de los alimentos incluidos en este índice, al efecto del alza del tipo de cambio y a los cuellos de botella logísticos en el precio de los bienes. También tiene un efecto el mayor consumo privado que se está observando y los impactos de segunda vuelta del incremento en la inflación esperada», explica.
«En esta proyección, la inflación total cerrará 2023 alrededor de 3 %, mientras que la inflación subyacente se ubicará más cercana a 4 % anual. El descenso de esta última será más lento que el de la inflación total y comenzará más tarde que lo previsto en marzo, reflejo de la mayor persistencia de los shocks de costos externos y de la relevancia de los efectos de segunda vuelta», concluye.