San José, 23 jul. (EFE).- El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) informó este jueves de la aprobación de 300 millones de dólares a Costa Rica para mitigar los efectos ocasionados por la pandemia de la COVID-19, reforzar su sostenibilidad fiscal y mantener el desarrollo bajo en carbono.
Los recursos financieros, que son de rápido desembolso, contribuirán a fortalecer la sostenibilidad fiscal del país y sentar las bases para la recuperación económica, que se ha visto altamente afectado por la COVID-19 y buscará promover el crecimiento y desarrollo amigable con el ambiente que caracteriza a Costa Rica, indicó el banco.
“El objetivo primordial del Programa de Operaciones de Políticas de Desarrollo del BCIE es apoyar financieramente a sus países miembros en la implementación de acciones que permitan la reactivación y fortalecimiento de sus economías procurando su estabilidad macroeconómica”, destacó en un comunicado el presidente ejecutivo del BCIE, Dante Mossi.
De esta manera, Costa Rica se convierte en la primera nación en recibir el monto máximo de 250 millones de dólares anuales disponibles para cada país dentro del Programa de Operaciones de Políticas de Desarrollo (OPD).
Además, recibe 50 millones de dólares adicionales para atender la emergencia ocasionada por la pandemia en el marco del Programa Regional del BCIE de Apoyo y Preparación ante la COVID-19 y Reactivación Económica.
«En medio de esta pandemia que también ataca la salud financiera de Costa Rica, el crédito del BCIE viene a permitirnos mantener el mercado interno sin una excesiva presión, de forma que el ahorro de los costarricenses apoye el esfuerzo de la reactivación económica que debe ir de la mano entre el Gobierno y la empresa privada; así que esta es una manera de colaborar en ese esfuerzo nacional», afirmó el ministro de Hacienda, Elian Villegas.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó el pasado 15 de julio un informe sobre Costa Rica en el cual prevé que el país sufrirá en 2020 una contracción económica de hasta el 4,9 % y un déficit fiscal del 9 % del PIB producto de la pandemia de la COVID-19.
Debido a la crisis sanitaria, Costa Rica ha tenido que aplicar restricciones a la movilidad y a actividades económicas, lo que ha provocado despidos, suspensiones temporales de trabajo, cierre de empresas, y un desempleo histórico del 20,1 % registrado en mayo pasado.
