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22 de noviembre de 2024

El combate a la desinformación requiere medidas cada vez más «sofisticadas»

Sao Paulo, 29 jun (EFE).- El adviento de la desinformación se ha convertido en una «epidemia» que desafía a diario a periodistas, instituciones y a la propia democracia, por lo que su combate exige medidas cada vez más «sofisticadas», coincidieron este martes expertos en un foro organizado por Efe y la Unión Europea (UE).

El encuentro digital «Cómo combatir la desinformación. Experiencias en Brasil y la Unión Europea» reunió a cuatro mujeres especialistas en el asunto y al embajador de la UE en el país sudamericano, Ignacio Ybáñez.

«En estos días el problema es aún más complicado, porque la pandemia de la covid-19 viene acompañada de una infodemia sin precedentes», señaló Ybánez.

Para hacer frente a esa «infodemia» de noticias falsas, el embajador explicó que países y gobiernos vienen haciendo cada vez más esfuerzos para trasmitir a la población informaciones «verídicas, sólidas y de calidad».

Entre las medidas adoptadas por el bloque europeo destacó la elaboración de un código de práctica que establece un conjunto de autorregulación para la industria de la comunicación y la creación de un observatorio de medios digitales.

LAS NOTICIAS FALSAS, UN RIESGO PARA LAS ELECCIONES DE BRASIL

Las noticias falsas suponen un desafío en los más variados frentes, aunque uno de los más preocupantes es el que se refiere a los procesos electorales en todo el mundo.

En ese marco, la secretaria general del Tribunal Superior Electoral de Brasil, Aline Osorio, señaló que en los últimos años las campañas de desinformación para «desacreditar» las elecciones han ganado fuerza.

«Se ha debatido mucho sobre cómo la desinformación y la falta de consenso sobre hechos básicos crean la polarización y hace con que las personas pierdan la confianza en las instituciones y el proceso electoral. Y eso es lo que hay de más grave en una democracia», afirmó.

Dichas campañas, recordó, se potenciaron a partir de 2016, cuando Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos y adoptó inmediatamente un discurso de fraude electoral.

Alegaciones similares fueron posteriormente replicadas por otros líderes mundiales, entre ellos el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, ganador de los comicios presidenciales de 2018 y que fueron marcados por masivas campañas de noticias falsas.

«2018 fue un marco en el combate a la desinformación y expuso esa necesidad de prepararnos para 2022, cuando la Justicia electoral y el propio proceso electoral serán los principales blancos de ataques», sostuvo Osorio.

En la misma línea se manifestó la periodista del diario Folha de Sao Paulo Patrícia Campos Mello, autora del libro «Máquina del Odio».

«Al igual que Trump, el presidente Jair Bolsonaro desde el inicio cuestionó la legislación electoral y ha intensificado esa retórica en todas las ocasiones, diciendo que sin voto impreso la elección será un fraude», recalcó.

La periodista consideró que, de cara a 2022, las instituciones brasileñas están «mucho más alerta», aunque advirtió de los posibles riesgos.

«Los periodistas, verificadores de información, instituciones y gobiernos tendrán que seguir presionando», enfatizó.

En ese sentido, Desirée García, la responsable de Efe Verifica, el servicio de verificación de Efe, resaltó que la mejor arma para combatir la llamada «infodemia» es la «información de calidad», «clara» y «diferenciada», resaltó

«Con la llegada de las redes sociales ya no somos los únicos en publicar», por lo que «a veces no es tanto sobre verificar, sino contextualizar y contestar a las preguntas de los lectores de la forma más sencilla, directa y didáctica posible», apuntó.

Según un estudio del Massachusetts Institute of Technology, las noticias falsas tienen un 70 % más de probabilidades de ser retuiteadas que las verdaderas.

Es ahí donde los influentes digitales también desempeñan un papel clave, ya que pueden ayudar a divulgar verificaciones en la lucha contra la desinformación, puntuó la investigadora en comunicación digital Issaaf Karhawi.

«Los influentes son representantes de grupos específicos, formadores de opinión», entonces «pueden tener esa potencia respecto a la velocidad y alcance a la hora de divulgar informaciones», recalcó.

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