Brasilia, 12 ago (EFE).- El comercio minorista de Brasil cayó un 3,1 % entre enero y junio, en el peor semestre del sector desde 2016 debido la pandemia del coronavirus, informó este miércoles el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El repunte de las ventas registrado en junio, con una subida del 8,0 %, y en mayo, que presentó un alza récord del 14,4 %, siempre en la comparación con el mes anterior, no han sido suficientes para superar los efectos económicos de las medidas de distanciamiento social impuestas para contener la crisis sanitaria.
El resultado semestral es el peor desde el segundo semestre de 2016, cuando cayó un 5,6 % en medio de una profunda recesión económica.
Las subidas de junio y mayo sirvieron, sin embargo, para revertir el batacazo de abril, cuando las ventas del sector se desplomaron un 17 % respecto al mes anterior.
«Desde el comienzo de la pandemia, hemos batido muchos récords, tanto negativos como positivos, lo que muestra que los números están muy volátiles», explicó en una nota Cristiano Santos, gerente de pesquisa del IBGE.
Las ventas del comercio minorista en junio de este año apenas crecieron un 0,5 % respecto al mismo mes de 2019, lo que arroja una leve subida interanual del 0,1 %.
Brasil es el segundo país del mundo más castigado por la pandemia, después de Estados Unidos, al registrar un total de 103.026 muertes y 3.109.630 casos confirmados de la enfermedad, que aún sigue fuera de control en algunas regiones del territorio nacional.
Los Estados y municipios brasileños adoptaron en marzo medidas de aislamiento, como el cierre de comercios, escuelas y eventos culturales, pero solo las mantuvieron hasta finales de mayo o junio, cuando empezaron un proceso de reapertura económica, pese a que la curva epidemiológica aún era creciente.
De hecho, desde mayo el país registra una media diaria de muertes por COVID-19 superior al millar.
Según analistas consultados por el Banco Central, la economía brasileña entrará en recesión este año con una caída del 5,6 %, aunque organismos internacionales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, son más pesimistas y sitúan esa retracción entre el 8 y el 9 %.