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22 de noviembre de 2024

El «delicado equilibrio» que debe lograr Bolivia para mantener la inflación

La Paz, 3 may (EFE).- La «estabilidad» de la inflación boliviana este año se ha logrado con políticas como el tipo de cambio fijo y la capacidad fiscal para pagar las importaciones. Sin embargo, expertos consideran que esta situación dependerá en el corto plazo de cómo el Gobierno logrará más financiamiento y mantener los subsidios.

El índice de inflación en Bolivia en el primer trimestre se ubicó en 0,39 % y el Gobierno proyecta para este año que el indicador llegue al 3,3 %, uno de los más bajos de la región.

DIVISAS Y CONTRABANDO

Existen al menos tres variables que han incidido en una «inflación sumamente baja» en el país pese a que buena parte «de la demanda se mantiene deprimida», según dijo a Efe Gabriel Espinoza, exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB).

La principal es el control al tipo de cambio que ha permitido seguir importando productos extranjeros y la sostenibilidad fiscal para el subsidio de productos como hidrocarburos y energía eléctrica y el control de precios a servicios como el gas, el agua y varios alimentos como la carne, el pollo y algunos granos.

Otro factor tiene que ver con una de las mayores problemáticas en el país, el contrabando.

El aumento del «contrabando es cada vez más grande, por lo tanto esto ha generado en alguna medida una disciplina de precios en el mercado interno a los que se han tenido que ajustar los productores locales y los importadores legales» para poder competir, explicó Espinoza.

Por su parte, Javier Gómez, director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), señaló a Efe que los productos que ingresan a Bolivia «son de países de la región que han sufrido depreciaciones en sus monedas», que no ha sido el caso del boliviano y del dólar por las políticas de control a estas divisas, es decir, «no se ha importado inflación».

Asimismo, resaltó que en lo referente a la importación de los bienes transables como los combustibles, que a 2021 correspondía «a un 30 % de diésel y gasolina», en Bolivia están subsidiados por lo que el Estado es el que «absorbe» la diferencia y no el pueblo boliviano.

Es así que, a diferencia de otros países, los ciudadanos bolivianos no han sentido de manera directa la guerra en Ucrania por la invasión de Rusia, uno de los principales aliados del Gobierno de Bolivia.

Por otro lado, Bolivia es una de las economías más informales de la región y con la pandemia se ha registrado un mayor flujo de trabajadores a sectores cuentapropistas como el comercio, siendo una de las actividades más rentables en este momento.

«Esta característica de la economía boliviana está aportando a mantener los precios bajos sobre todo en un momento de atomización de la economía» tras la pandemia, afirmó el exdirector del BCB.

FACTORES DE RIESGO

El «delicado equilibrio que debe lograr el Gobierno todavía está protegido por expectativas optimistas», se espera «que la economía mejore este año» y «todavía hay cierto margen» que de no resultar, acotó Espinoza, «presumo que hasta el segundo trimestre de este año es muy probable que estas expectativas cambien y la situación podría deteriorarse muy rápidamente».

Además, considera que el «escenario para mantener precios bajos se va a ir deteriorando en la medida en que las compras fiscales se van deteriorando, a lo que hay que agregar el problema de las reservas internacionales netas como indicador de la sostenibilidad de la política cambiaria, eje de los precios bajos en el país».

Ambos expertos coincidieron en que el margen que tiene el Gobierno para mantener la inflación puede acortarse en el corto plazo por lo que deberá analizar medidas para reducir el déficit fiscal, como algunas reducciones a los subsidios.

«Evidentemente esto ya es una alerta sustancial sobre la sostenibilidad del gasto fiscal», que, además, «en su mayoría corresponde a una gran masa laboral del sector público», dijo Espinoza.

Si el Gobierno nuevamente recurre al endeudamiento interno, como lo hizo en 2021, «es probable que siga metiendo más bolivianos a la economía», lo que será un «riesgo creciente para la estabilidad cambiaria» o si por «el contrario acude al mercado externo pues va a tener que empezar a ofrecer tasas de interés mucho más altas», añadió.

Laura Núñez Marín

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