Buenos Aires, 25 mar (EFE).- Argentina culminó 2020 con el 11 % de su población activa sin trabajo. Una cifra mayor al 8,9 % de un año antes pero que muestra visos de mejora si se tiene en cuenta el paulatino descenso de la tasa de paro que se ha dado desde el pico del 13,1 % anotado entre abril y junio, en medio de la pandemia.
Según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) a través de su Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el desempleo afecta al 11,9 % de las mujeres y al 10,2 % de los hombres, y, por edades, la franja juvenil, entre los 14 y los 29 años, es la peor parada: están sin empleo el 26 % de ellas y el 19 % de ellos.
De la población total argentina de 45,4 millones de personas, la EPH se realiza con un universo que engloba a 31 aglomerados urbanos y 28,7 millones de personas, de los que el 45 %, 12,9 millones, son considerados población activa, 1,4 millones de ellos en el paro.
Argentina, que cumple tres años en recesión, empezó 2020 con un repunte del desempleo -el 10,4 % en el primer trimestre-, y escaló al 13,1 % en el segundo, cuando el país estaba ya sumido en las fuertes restricciones de cuarentena por la irrupción del coronavirus, mientras que ya en el tercero desescaló al 11,7 % y en el cuarto al 11 %.
También las tasas de actividad -población económicamente activa sobre el total de la población– y la de empleo –personas ocupadas en relación a la población total- volvieron a rozar entre octubre y diciembre niveles previos a la pandemia.
MÁS TRABAJO INFORMAL
La zona del país que tiene el mayor porcentaje de parados es el Gran Buenos Aires, que aglutina a la capital y el populoso cinturón urbano que la rodea, con el 12,6 % de su población activa que no tiene empleo.
En el último trimestre de 2020, la tasa de empleo se ubicó en el 40,1 %, la más alta desde comienzos de año, aunque marcada fundamentalmente por el incremento de asalariados sin descuento jubilatorio (sin aportes a la seguridad social, el 32,7 %, 3,9 puntos más) y los trabajadores por cuenta propia, el 26,4 %.
«Como en todo el mundo, la expectativa está puesta hoy en que el proceso de vacunación avance y nos permita dejar atrás la pandemia, para que eso despeje el camino para que muchos sectores e industrias recuperen los niveles de productividad e ingresos que tenían antes del inicio de la pandemia y a partir de eso se recomponga la demanda laboral del sector privado», expresó en un informe Andrea Ávila, directora de la agencia Randstad para Argentina y Uruguay.
En cuanto al sector de actividad principal de los trabajadores, destacan en la EPH los incrementos trimestrales en la tasa de empleo en construcción e industria, frente al descenso de las ramas de hoteles y restaurantes, unos de los más golpeados por la pandemia.
IMPACTO DEL TELETRABAJO
El Indec dejó también en su informe un dato revelador acerca de las nuevas tendencias de empleo que deja la pandemia: el número de personas que trabajó desde su vivienda alcanzó al 20,2 % en el cuarto trimestre y continuó en similares niveles que los dos trimestres anteriores, un aumento de 14,4 puntos respecto del mismo período de 2019.
Argentina había registrado su máximo pico de desempleo tras el estallido de la grave crisis del ‘corralito’: del 24,1 %, en el segundo trimestre de 2002, año en que la economía cayó el 10,9 %, solo un punto por encima del desplome del 9,9 % de 2020, que llegó precedido por las caídas del 2,5 % en 2018 y del 2,2 % en 2019.
El Gobierno de Alberto Fernández, que impulsó diversas baterías de subsidios a las empresas y las familias para contener los efectos de la pandemia en el mercado de trabajo, insiste en que su objetivo es poner el país «de pie» para volver a crecer, con especial ahínco en medidas para favorecer a la industria nacional.
