La Paz, 15 mar (EFE).- El Gobierno de Bolivia admitió este miércoles que utilizó los derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI) en un contexto de descenso de sus reservas internacionales, luego de un informe de la calificadora internacional Fitch Ratings que reveló esta situación.
El ministro de Economía de Bolivia, Marcelo Montenegro, afirmó que se usaron los DEG y que «es una atribución del Banco Central de Bolivia», en una entrevista con el canal local Unitel.
«La ley 1670 da todas las posibilidades que el Banco Central utilice las Reservas Internacionales, lo único que si no está autorizado es a pignorar el oro, directamente tendría que pedir un permiso a la Asamblea (Legislativa), pero lo demás puede utilizarlo», manifestó Montenegro.
Recordó que la Constitución boliviana faculta al Banco Central de Bolivia para que administre las reservas internacionales.
«No hay aquí ningún problema ni algún elemento extraño en el hecho de que el Banco Central utilice los derechos especiales de giro que es un activo internacional tan parecido, pero no tan líquido, como los dólares, euros u otro tipo de divisa», indicó el ministro.
El informe de Fitch Ratings señala que Bolivia recientemente obtuvo 300 millones de dólares de los DEG y que el oro «representa la mayor parte» de las Reservas Internacionales Netas (RIN) con 2.600 millones de dólares, pero que «no es de libre uso» y que alrededor de 911 millones corresponde a moneda fuerte o DEG.
La calificadora otorgó a Bolivia una calificación de riesgo de B a B-, de estable a negativa, que «refleja el agotamiento de sus reservas de liquidez externa» lo que ha incrementando la «incertidumbre a corto plazo y los riesgos macroeconómicos».
Fitch Ratings hizo referencia a la «continua caída» de las Reservas Internacionales Netas (RIN) que coloca al país ante el riesgo de un «shock de desconfianza».
En su reporte, mencionó que las «presiones externas erosionaron el stock de reservas» del Banco Central de Bolivia (BCB) que pasaron de los más de 15.100 millones de dólares en 2014 a 3.500 millones, según el último informe del ente emisor en febrero pasado.
Ante esta situación el Gobierno boliviano señaló que «no comparten» el informe de la calificadora y que enviaron una nota para manifestar su desacuerdo.
Montenegro sostuvo que Fitch Ratings basó su calificación en la «variación» de las RIN y no tomó en cuenta «las fortalezas de la economía boliviana» como la «estabilidad económica» luego de la pandemia de la covid-19.
Además citó otros indicadores como que Bolivia cuenta con la «inflación más baja» de Suramérica, tiene el «récord de exportaciones» y un crecimiento del 4,3 % en el tercer trimestre de 2022.