Santiago de Chile, 14 mar (EFE).- El presidente de Chile, Gabriel Boric, se reunió este martes con el gran empresariado local tras el duro golpe que recibió la semana pasada, cuando el Congreso rechazó su ambiciosa reforma tributaria, clave para el financiamiento de los planes sociales que tiene previsto aprobar.
«Valoro mucho la disposición a presentar propuestas, independiente a que no siempre estemos de acuerdo en todo, pero eso permite abrir un diálogo que es constructivo», dijo el mandatario izquierdista al inicio del encuentro con la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), el principal gremio de empresarios del país.
«Estamos en una situación expectante como país, quizás en un punto de inflexión, que yo por lo menos veo con un moderado optimismo, pero que depende de nosotros sacarlo adelante», añadió.
Por un estrecho margen y de forma sorpresiva, los diputados asestaron el pasado miércoles al Gobierno su mayor golpe legislativo desde que asumió el poder hace un año y rechazaron una reforma con la que se buscaba recaudar un 3,6 % del producto interno bruto (PIB) en 4 años.
La reforma rechazada incluye ajustes al impuesto a la renta, al patrimonio, reducción de exenciones y medidas contra la evasión y elusión, además de un canon minero, que está en trámite separado en el Legislativo.
Tras la votación, el Gobierno decidió iniciar una ronda de conversaciones con distintos actores políticos, sociales y económicos para evaluar posibles cambios de cara a la presentación de un nuevo proyecto el año que viene.
«Nos estamos poniendo a disposición del llamado del presidente a participar de las rondas de conversaciones. Es nuestro interés que haya una buena reforma», indicó a la salida de la reunión Ricardo Mewes, presidente de los grandes empresarios, con quienes el Ejecutivo ya había conversado antes de presentar la propuesta rechazada por los diputados.
Mewes afirmó además que «hay espacios importantes donde buscar recursos, como son por ejemplo la informalidad, la evasión del IVA o las transacciones que se hacen a través de plataformas tecnológicas».
La reforma rechazada recibió el pasado septiembre el espaldarazo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que calificó el proyecto de «ambicioso, pero factible».
La recaudación tributaria en Chile supuso el 19,3 % del PIB en 2020, muy por debajo del promedio en Latinoamérica (21,9 %) y de la media de los países miembros de la OCDE (33,5 %), según datos del organismo.