Santiago de Chile, 3 may (EFE).- El Gobierno de Chile rebajó este martes su previsión de crecimiento para 2022 del 3,5 % calculado en enero por la Administración anterior al 1,5 %, y subió hasta el 8,9 % su estimación de inflación acumulada a doce meses a finales de año, lo que implica 2,4 puntos más que en enero.
«La economía chilena debe hacer en 2022 una ordenada transición desde una situación de sobrecalentamiento liderada por el consumo privado a un crecimiento sostenible no inflacionario», dijo el ministro de Hacienda, Mario Marcel, durante la presentación en una comisión parlamentaria del Informe de Finanzas Públicas.
Marcel, expresidente del Banco Central, apuntó además que las previsiones hechas por el Gobierno anterior incluyeron cifras «más optimistas» y que los nuevos datos son más «realistas».
A fines de marzo, el Banco Central ajustó nuevamente a la baja su proyección de expansión del PIB hasta un máximo del 2 % para 2022.
«La consolidación de las finanzas públicas es un componente central de este proceso, tanto por su colaboración al control de la inflación como por su capacidad de seguir apoyando a los sectores rezagados y vulnerables de la población y de la economía», indicó Marcel.
Para ello, apuntó, «la política fiscal se va a mantener en 2022 dentro de los márgenes definidos en el presupuesto y continuará con una trayectoria de reducción del déficit estructural por los próximos cuatro años».
Según los cálculos del Gobierno, el precio del cobre -del que Chile es el mayor productor mundial- llegaría 4,45 dólares por libra.
Para 2023, el crecimiento del PIB alcanzaría un 0,4 %, la demanda interna caería un 1 % y la inflación llegaría al 3,6 %.
La economía chilena creció un histórico 11,7 % en 2021, tras la brusca caída del 5,8 % del 2020 debido a la pandemia.
La reactivación económica, sin embargo, vino acompañada de una alta inflación, que cerró el año pasado en el 7,2 %, su máximo nivel en 14 años.
Las ayudas fiscales para paliar el impacto de la pandemia y los tres retiros anticipados de los fondos de pensiones aprobados por el Congreso, que totalizan más de 55.000 millones de dólares, desataron el consumo.