Quito, 20 jun (EFE).- El ministro ecuatoriano del Interior, Patricio Carrillo, formuló este lunes un nuevo llamamiento al diálogo a los manifestantes que rechazan las políticas económicas del Gobierno de Guillermo Lasso, y que han comenzado la segunda semana de protestas.
«Llamamos a la racionalidad y a la razonabilidad para que el diálogo sea lo que prime, para que no sea el enfrentamiento», dijo Carrillo en una rueda de prensa este lunes, que inicia el octavo día de protestas lideradas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
Anotó que la disposición a la Policía es que el uso progresivo y gradual de fuerza «se haga bajo los principios de derechos humanos, necesidad, legalidad, proporcionalidad y humanidad».
Y aseguró que ningún uniformado «saldrá a la calle con un elemento letal que no sea el entregado oficialmente. La Policía no tiene munición de perdigones, que es la que aparece después bajo los conceptos de infiltrados».
Insistió en que la «principal medida para desescalar el conflicto es la unidad de los ecuatorianos» y recalcó que «las marchas deben ser pacíficas».
«La protesta social es garantizada en la Constitución y la debemos hacer dentro de estos mecanismos», anotó antes de señalar que el «enemigo» no son los manifestantes, sino «los intereses del crimen organizado que está atrás, muchas veces, en estas expresiones».
Recordó que la Policía desarticuló la semana pasada organizaciones criminales, capturó delincuentes y decomisó seis toneladas de droga. «No vamos a parar, nuestras prioridades están ahora en el sector público, pero vamos a continuar haciendo la tarea que nos corresponde», dijo.
CORTES DE CARRETERAS
El Servicio Integrado de Seguridad (ECU 911) informó este lunes del cierre parcial de vías principalmente en las provincias de Tungurahua, Pastaza, Chimborazo, Cotopaxi, Imbabura, Carchi, Azuay y Pichincha, cuya capital es Quito.
Precisamente en el norte de la capital ecuatoriana hubo cortes de vías con montículos de tierra y se registró la retención de dos policías por parte de los manifestantes.
El pasado viernes, Lasso declaró el estado de excepción en las provincias de Imbabura, Pichincha y Cotopaxi.
En este octavo día de protestas, el centro histórico de Quito amaneció vallado y la casa de Gobierno bajo resguardo de policías y militares.
Reportes de prensa dieron cuenta a primeras horas de que solo la mitad de los autobuses de servicio público estaba en funcionamiento, por lo que la población se vio obligada a tomar transportes alternativos, entre ellos, desplazarse en los cajones de distintas camionetas particulares.
Carillo anotó que se mantendrá la custodia de la Policía a la Casa de la Cultura Ecuatoriana, donde en 2019 se albergaron miles de indígenas que participaron en una manifestación, que se tornó violenta.
La Conaie, una de las principales convocantes de las manifestaciones que comenzaron el pasado lunes, lideró en octubre de 2019 una protesta contra el Gobierno que entonces lideraba Lenín Moreno.
En los disturbios que comenzaron por un decreto que eliminaba históricos subsidios a la gasolina -luego derogado para aplacar las protestas-, murieron una decena de personas y más de 1.500 resultaron heridas, de ellas 435 miembros de las fuerzas de seguridad.
Ecuador quedó paralizado en gran medida del 3 al 13 de octubre por los disturbios centrados principalmente en el centro de Quito y el bloqueo de vías cruciales del territorio nacional.
Carrillo insistió este lunes en la importancia en que se desarrollen las protestas de manera pacífica y señaló que hasta el momento registran 61 policías con lesiones de diferente consideración.