Santiago de Chile, 8 jun (EFE).- El Índice de Precios al Consumidor (IPC) anotó un incremento mensual de 1,2 % en Chile, arrastrado por los precios de los alimentos y el transporte aéreo, una variación acumulada de 6,1 % en cinco meses y un alza de 11,5 % a un año, una cifra global que no se recordaba en el país desde hace tres décadas.
Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), diez de las doce divisiones que conforman la canasta del IPC aportaron en mayo incidencias positivas en la variación mensual y solo dos incidieron de forma negativa.
Entre las que más subieron destacaron el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas, un 1,8%; y transporte 2,2%”, destacó el INE, mientras que el descenso se notó en las comunicaciones (-0,3%).
En este marco, se anotaron subidas en productos básicos como el pan y los cereales (1,6 %), las hortalizas, legumbres y tubérculos (2,6 %) y las bebidas gaseosas (4,8 %).
Uno de los precios que más se encareció fue, de nuevo, el del transporte aéreo internacional, que en mayo ascendió un 21,3 %. El acumulado a doce meses se calcula ya en 103,9 %.
Igualmente, se elevaron el precio de los paquetes turísticos (6,9 %) y la restauración con un alza mensual de 2,3 %, un acumulando de 7,3 % en cinco meses y un 16,6 % a doce meses vista.
Con estas cifras, mayo confirma la tendencia negativa al alza en abril, mes en el que el costo de vida en Chile anotó un alza a doce meses de 10,5 % y en el que superó por primera vez los dos dígitos desde que en 1994 el índice acumulado fue de 11,2 %.
Los analistas esperaban en torno a un 1,2 % de aumento este mes y la cifra coincide con la decisión adoptada el martes por el Consejo del Banco Central de aumentar en 75 puntos base la Tasa de Política Monetaria para llevarla a un 9 %, su valor más alto en dos décadas, en un intento por frenar la escalada de los precios internos.
Tanto el Banco Mundial como el Banco de América han advertido que la economía chilena está atravesando una fase de estanflación con una inflación persistente y una desaceleración general, con una caída profunda y sostenida de las remuneraciones reales, del dinero en circulación y de las importaciones.