Santiago de Chile, 28 nov (EFE).- El Parlamento de Chile aprobó este sábado la ley de presupuestos para 2021 tras más de dos meses de discusión, que contempla un aumento interanual del 9,5 % en el gasto público, en momentos que el mayor productor mundial de cobre resiente el impacto de la pandemia del coronavirus.
Por 28 votos a favor, 4 abstenciones y ningún voto en contra, el Senado dio luz verde a las cuentas del año que viene por valor de 73.234 millones de dólares un día antes de que se cumpliera el plazo final, quedando así listas para ser sancionadas por el presidente, el conservador Sebastián Piñera.
«Es fruto del mayor esfuerzo fiscal de nuestra historia», dijo el ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Monckeberg.
«Desde el primer día que entró el proyecto en el Parlamento vinimos a buscar un acuerdo», apuntó por su parte el director de Presupuestos del Ministerio de Hacienda, Matías Acevedo.
El presupuesto incluye también un alza del 14,9 % en inversión pública, así como un déficit estructural del 4,7 % del Producto Interno Bruto (PIB) -el más alto de la historia-, y un crecimiento de la deuda pública que ascenderá al 36,4 % del PIB al término de 2020.
La pandemia, que ya deja más de 550.000 casos y 15.200 muertos en el país desde inicios de marzo, ha hecho estragos en la economía chilena: el PIB cayó en el segundo trimestre un 14,1 % -la mayor desde 1986- y 9,1 % en los siguientes tres meses.
El Banco Central prevé que la economía chilena se contraerá entre 4,5 % y 5,5 % este año, pero apunta a un crecimiento de entre 4 % y 5 % el próximo año.
«Más allá de los roces, muy duros, hemos logrado reasignar recursos en áreas que consideramos prioritarias. Lo que ingresó al Parlamento ha tenido modificaciones», apuntó el senador opositor Ricardo Lagos Weber, del socialdemócrata Partido por la Democracia (PPD).
Para el oficialista Juan Antonio Coloma, de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), «es justo agradecer el esfuerzo conjunto y destacar que vale la pena llegar a acuerdos» porque «es un presupuesto que tiene sentido y que se hace cargo de la nueva realidad».
«Es una mezcla de sentimientos porque llegamos a esta etapa a un día que venza el plazo legal», añadió la opositora Yasna Provoste, de Democracia Cristiana (DC).
Chile, que se encuentra bajo estado de excepción por catástrofe y con toque de queda hasta mediados de diciembre, registró entre mayo y junio el pico de la pandemia y desde julio se encuentra en pleno plan de apertura gradual de la economía.
La capital, durante meses el foco de la pandemia y donde la red hospitalaria estuvo a punto de colapsar, lleva desde agosto desconfinada y casi todos los negocios se encuentran funcionando en la mayoría de los barrios, aunque con restricciones de aforo y ciertas medidas sanitarias.