Panamá, 23 ago (EFE).- La crisis de la COVID-19 ha llevado a la población de Panamá a «volcarse» a la informalidad laboral, en la que es «difícil» cumplir con las medidas sanitarias para prevenir la enfermedad, afirmaron este domingo los empresarios al insistir en la necesidad de una reapertura económica «sin cortapisas» en el país.
«Recuperar las actividades formales permitirá un mayor control» de la enfermedad que causa el coronavirus SARS-CoV-2, que deja ya 85.480 contagiados y 1.878 muertos en 167 días de pandemia, dijo la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Panamá (CCIAP).
En Panamá la tasa informalidad se situaba en 45 % y la de desempleo en 7,1 % antes de la pandemia, y las autoridades calculan que esos indicadores cerrarán el año en 55 % y entre 20 % y 25 %, respectivamente, mientras que la economía se hundirá un 9 %.
En medio de muchas limitaciones impuestas por las autoridades, esta semana fue retomado el proceso gradual de reactivación con la apertura del comercio minorista, peluquerías y barberías, y desde mañana lo harán otras actividades y se flexibilizarán las restricciones a la movilidad en la capital y sus alrededores, donde vive la mitad de los 4,2 millones de habitantes del país.
Las autoridades de Panamá cerraron las actividades no esenciales a mediados de marzo, entre mayo y junio abrieron los sectores de la industria, la banca y los servicios técnicos, entre otros, como parte de un proceso de reactivación que se detuvo por el aumento exponencial de casos de la COVID-19 y que llevó a la reimplantación de fuertes restricciones a la movilidad.
Un supuesto desorden en el otorgamiento de salvoconductos para movilizarse y la entrega irregular de un bono de auxilio de 100 dólares mensuales a familias afectadas por la crisis, considerado insuficiente por los sindicatos, son señalados como unas de las causas de que pese a las restricciones que se prolongan más de 5 meses el virus haya avanzado sin freno en Panamá.
«La parálisis en la economía, el cierre de empresas y la consecuente suspensión de contratos y despidos ocasionados por la cuarentena generalizada, han llevado a la población a volcarse cada vez más actividades informales, en las cuales se hace difícil el cumplimiento total de las medidas sanitarias. Recuperar las actividades formales permitirá un mayor control», dijo la CCIAP.
Ha llegado el momento – agregó este domingo la Cámara – de abrir con «medidas razonables de precaución que cada empresario, cada trabajador, cada ciudadano tendrá que adoptar».
La reapertura tiene que estar «alejada de la maraña burocrática» que solo pone «más cortapisas a la reactivación empresarial, en especial a los pequeños y medianos empresarios, y por ende la reactivación laboral», alertó la Cámara, que agrupa a 1.800 empresas de 15 sectores económicos nacionales.
«Luego de cinco meses, todos estamos llamados a conducirnos de forma responsable, apegándonos celosamente a las normas de bioseguridad y cada uno jugando su rol. La empresa privada está comprometida con ese esfuerzo», añadió la CCIAPP.