La Paz, 22 abr (EFE).- El presidente de Bolivia, Luis Arce, derogó este jueves una ley de la Administración transitoria que autorizaba pruebas con transgénicos para varios cultivos al considerar que se «contraviene el principio de seguridad y soberanía alimentaria» en el país.
«Eliminamos el abuso del Gobierno de facto anterior, que introdujo con un solo decreto y sin sonrojarse, toda la cadena de transgénicos en nuestro país, en trigo, maíz, en todo», dijo Arce en un discurso en la inauguración de la Expo Feria «Productos Naturales de la Pachamama» en una plaza de la ciudad de La Paz.
El decreto 4490 dejó sin validez una norma que el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez aprobó en 2020, en plena pandemia, que autorizaba estudios sobre la viabilidad de varios cultivos transgénicos en productos como el maíz, la caña de azúcar, el trigo, el algodón y la soya que están destinados tanto al abastecimiento del consumo interno como para su exportación.
La norma que había aprobado Áñez en 2020 significó un cambio radical sobre la política contraria a los transgénicos durante los casi catorce años en los que Evo Morales estuvo en la Presidencia de Bolivia.
En el decreto, publicado este miércoles en la Gaceta oficial, se señala que «en el Gobierno de facto se contraviene el principio de seguridad y soberanía alimentaria y la reserva legal, en cuanto a la producción, importación y comercialización de transgénicos, establecido en la Constitución Política del Estado».
Asimismo el Gobierno indica que esta decisión es para «garantizar la seguridad y soberanía alimentaria; así como los derechos de los componentes de la Madre Tierra».
La Constitución Política de Bolivia prohíbe la producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos que dañen la salud y el medioambiente.
En 2005 se autorizó el uso de la soya resistente al herbicida glifosato y en 2019 se aprobó el uso del evento HB4 para el biodiésel, pero no para el uso alimentario.
En su momento el decreto emitido por el Gobierno transitorio provocó reacciones encontradas entre los que lo veían como una oportunidad para aumentar la producción y las ventas y los que consideraron que se ponía en riesgo la salud y el medioambiente.
Los gremios de productores y agroindustriales de Santa Cruz, la principal región agrícola del país, defendieron en ese momento que países como Argentina, Brasil y Paraguay llevan más de una década utilizando transgénicos, con los que consideran que Bolivia podría triplicar su producción anual de grano hasta doce millones de toneladas.