México, 2 nov (EFE).- La empresa estatal mexicana Comisión Federal de Electricidad (CFE) no es ni rentable ni competitiva, según el reciente estudio que la Auditoría Superior de la Federación realizó sobre la actividad de la compañía en 2019.
El Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2019 asegura que los subsidios dados por la CFE para abaratar la electricidad en el sector doméstico y agrícola, unidos a sus tarifas poco competitivas, al envejecimiento de su estructura y a la mala gobernanza, provocaron que la empresa «no fuera rentable ni generara valor económico para el Estado» en 2019.
Las pérdidas integrales en 2019 de la CFE, recoge la auditoría, fueron de 40.382 millones de pesos (unos 1.880 millones de dólares).
«Cabe señalar que, aun cuando la CFE presentó algunos indicadores por encima del promedio de sus pares de mercado (como el de liquidez), la rentabilidad y la eficiencia de sus activos no son los óptimos cuando se comparan con el mercado, como resultado de las ineficiencias», reflejó el documento en posesión de Efe.
Pese a su buen nivel de liquidez, la empresa estatal aumentó su endeudamiento y disminuyó su rentabilidad, a la vez que mostró un mal comportamiento en los tests para conocer sus posibilidades de quiebra, debido a que sus «resultados financieros no son los óptimos para considerarse una empresa con solidez financiera».
CONTRATOS PRIVADOS
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha repetido insistentemente desde el principio de su administración que los actores privados en el sector de la energía firmaron contratos «leoninos» con el Gobierno para perjudicar a la CFE.
La Auditoría Superior de la Federación, que es un órgano técnico especializado de la Cámara de Diputados dotado de autonomía técnica y de gestión, lo desmintió al afirmar que los «contratos legados tienen como finalidad minimizar los costos de suministro básico».
Así, el documento asegura que «en general los costos de las empresas públicas subsidiarias de la CFE no son competitivos respecto de los costos de los productores externos de energía».
El coste más bajo en el kWh lo consiguió la subsidiaria de la CFE Generación V, que incluyó la energía procedente de las 32 centrales de los productores privados, con un costo promedio ponderado de 0,82 pesos (0,038 dólares) por kWh.
La auditoría también recogió la renegociación de cinco contratos de alquiler de gaseoductos con empresas privadas, que según el Gobierno debían implicar a la CFE un ahorro de 4.500 millones de dólares hasta 2025.
El ahorro que la revisión pudo documentar hasta 2025 es de 4.342 millones de dólares, pero estos se consiguieron aumentando diez años la vigencia de los contratos, lo que provocará que al final la CFE acabe pagando 6.836 millones de dólares adicionales a los estipulados antes de la renegociación de los gasoductos.