Sao Paulo, 14 dic (EFE).- El Banco Central de Brasil divulgó este martes que llegó a considerar un ajuste de la tasa básica de interés superior a 1,5 puntos porcentuales, aunque decidió mantenerse en este nivel, y admitió un ciclo futuro de mayor contracción para hacer frente al alza de precios.
El Comité de Política Monetaria (Copom) del emisor elevó la semana pasada, en su última reunión de año, los tipos hasta el 9,25 % anual, su mayor nivel desde 2017, pese a que el aumento del costo del dinero puede agravar la actual condición de recesión en la que se encuentra el país.
Según el acta de la reunión, divulgada hoy, la decisión obedeció al hecho de que las proyecciones de los analistas consultados por el emisor para la inflación en 2022 (5,0 %) y 2023 (3,5 %) está por encima de la meta, por lo que consideró que el «ciclo de ajuste monetario deberá tener más contracción» en los próximos meses, con una elevación periódica de los intereses.
Esos ajustes deberán ser suficientes para «alcanzar a lo largo del ciclo de aprieto monetario un nivel de suficiente contracción» para «no solamente garantizar la convergencia de la inflación» sino también «consolidar el anclaje de las expectativas de plazos más largos», explicó.
El mercado prevé que Brasil terminará este 2021 con una inflación del 10,05 %, el doble del techo de la meta (5,25 %) que el Banco Central se impuso para este año, y que la subida de los precios desacelerará en 2022 pero la tasa del próximo año será del 5,02 %, igualmente por encima de la meta.
Así, el organismo ya adelantó que prevé realizar una nueva subida en la tasa de interés de 1,5 puntos porcentuales en su próxima reunión, si bien «los pasos futuros» de la política monetaria podrían sufrir ajustes de acuerdo con la trayectoria de los precios, la evolución de la actividad económica y el balance de riesgos.
En ese sentido, el emisor reconoció que la caída del 0,1 % registrada en el producto interior bruto (PIB) del país en el tercer trimestre «reveló una evolución por debajo de lo esperado», por lo que admitió un escenario de mayor desaceleración de la actividad económica en el gigante suramericano.
En ese sentido, apuntó que los «indicadores de más alta frecuencia indican retroceso de la actividad económica, difundido entre varios sectores, en septiembre y, posiblemente octubre», así como «los índices de confianza ya disponibles para los meses iniciales del trimestre corriente muestran deterioro».
«Consecuentemente, el Comité revisó a la baja sus expectativas para la actividad en el corto plazo», agregó.
Para 2022, sin embargo, la autoridad monetaria considera que pese a algunos elementos de riesgo que podrían influir en una actividad económica más robusta, el crecimiento de la mayor economía latinoamericana tiende a ser beneficiado por el desempeño de la agropecuaria y el «proceso restante de normalización» de los sectores a medida que se controla la pandemia del coronavirus.