El Pangui (Ecuador), 11 nov (EFE).- El consorcio chino Ecuacorriente, que opera Mirador, la mina más grande de Ecuador, descartó un posible desastre ambiental similar al de Brumadinho, en Brasil, por una eventual rotura de sus presas de relaves mineros, y aseveró que sus depósitos de relaves son sólidos y construidos con diversos estudios técnicos.
La empresa reaccionó así a los reportes e informes de organizaciones ambientalistas y defensoras de derechos humanos que, a finales de octubre pasado, presentaron estudios técnicos que apuntaban a un posible riesgo de colapso y ruptura de las dos presas de relaves que acumulan los desechos de su producción de concentrado de cobre.
Dichas organizaciones advertían que el eventual colapso de las represas causaría -según las proyecciones de este estudio- una ola de materiales tóxicos que arrasaría con lo que se encontrase a su paso durante varios kilómetros, incluidas varias comunidades indígenas que viven en las cercanías y que tendrían apenas unos minutos para intentar evacuar.
Al descartar tajantemente un posible colapso, César Vásquez, gerente del departamento de Depósitos de Relaves, aseguró que el caso de Brasil fue totalmente diferente, pues fue construido con «metodologías que no se validan en la actualidad».
La que se usa en Mirador «es la más segura (aguas abajo) y con los materiales más resistentes (roca y estériles de tapa de mina), explicó en un recorrido por la mina, al que EFE fue invitada, y en el que se apreciaba el depósito de relave Tundayme (sur) y el de Quimi (norte), el más antiguo, que está en desuso desde 2021 y prácticamente seco.
La relavera Quimi tiene una capacidad efectiva de unos 11 millones de metros cúbicos de relaves, y Tundayme está diseñada para alcanzar hasta los 260 metros de altura y almacenar hasta 370 millones de metros cúbicos.
Para construir los depósitos de relaves, ubicados en el valle del antiguo lecho del río Tundayme, construyeron un túnel de desvío por debajo de la montaña para encauzar las aguas a fin de que no se contaminen, y devolverlas en la intersección con el río Quimi.
Con unas reservas de 2,75 millones de toneladas de cobre, la mina Mirador comenzó a operar desde 2019 a cargo de Ecuacorriente, un consorcio de empresas estatales chinas formado por la China Railway Construction Copper Crown Investment y Tongling Nonferrous Metals Group Holdings Limited.
«El desconocimiento»
Vilma Pazmiño, gerente de Gestión Ambiental, insistió en que para diseñar y construir la mina extremaron en estudios, pues no le conviene ni a la empresa ni a la comunidad o al Estado «que se genere un desastre», y apuntó que «el desconocimiento, a veces, lleva a temores», en referencia a la alerta de los ecologistas.
Ecuacorriente tiene en la zona tres concesiones, que abarcan unas 6.600 hectáreas, de las que han intervenido unas 1.400 para construir Mirador.
La espesa vegetación de la zona desaparece en varios tramos intervenidos, donde se observan grandes masas de tierra rojiza, de donde se extrae el concentrado de cobre. Para llegar a la zona del tajo de mina de aprecia la apertura de grandes vías por donde circulan decenas de camiones.
Según Pazmiño, las comunidades del lugar estaban informadas de las acciones de la empresa, que comenzó los trabajos de exploración en 1995.
60.000 toneladas diarias
Situada en la sureña provincia de Zamora Chinchipe, a 750 kilómetros de Quito, Mirador procesa un promedio de 60.000 toneladas diarias de roca mineralizada con una producción anual de 357.000 toneladas de concentrado de cobre.
En la zona mantienen control integral de suelos, un monitoreo ambiental, hídrico, sísmico y cuenta con un vivero forestal en el que se reproducen las plantas para la reforestación de las zonas intervenidas. Hasta el momento se han «revegetado» unas 300 hectáreas, con el sistema de hidrosiembra.
Más de 16.500 plantas y semillas están actualmente en producción y adaptación en el vivero forestal que regenta la empresa china. En la zona hay una amplia variedad de animales silvestres, y especies vegetales endémicas, «pero no únicas», aclaró.
«Boom» minero en Ecuador
Hasta octubre pasado, Ecuacorriente había generado 3.910 fuentes de empleo directo y alrededor de 16.000 indirectos. El 87 % de los trabajadores son ecuatorianos.
Junto a la mina de oro Fruta del Norte, también en Zamora Chinchipe, Mirador está detrás del «boom» de las exportaciones mineras de Ecuador, que en 2022 alcanzaron un récord de 2.700 millones de dólares y se situaron como el cuarto producto con mayores ventas al exterior del país.
Este año se calcula en 300 millones de dólares por concepto de pagos de la empresa al Estado de diferente índole y desde 2010 hasta octubre pasado había entregado 956 millones de dólares por impuestos.
Susana Madera