Buenos Aires, 20 may (EFE).- El sector rural de Argentina comenzó este jueves un paro de nueve días durante el que no se venderá ganado vacuno y con el que se protesta contra la decisión del Gobierno de suspender durante un mes las exportaciones de carne bovina para frenar el alza de precios en el mercado nacional.
«Estamos evaluando si el paro es completo o ganadero. No sólo por la liquidación de divisas, sino por el apoyo de los otros sectores” productores de granos, dijo a Efe Mariano D´Amore, vicepresidente de la Asociación de Ganaderos de Bahía Blanca y tesorero de la Bolsa de Cereales de la misma localidad.
“Hay temor a que la medida se traslade a otros productos”, que sea “el primer paso de una catarata de medidas por venir”, explicó.
La norma suspende la aprobación de solicitudes de Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne, el registro para exportar que el Gobierno de Alberto Fernández puso en marcha para controlar la subfacturación en la exportación de carne y vigilar el cumplimiento de los acuerdos de precios en el mercado interno.
Para las entidades agropecuarias, se corrobora que ese instrumento se creó para trabar las ventas al exterior y rememora el conflicto que mantuvo con el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), cuando se frenaron las exportaciones de carne, y con el de Cristina Fernández (2007-2015), la actual vicepresidenta, que creó los Registros de Operaciones de Exportación (ROE).
“Si repiten el instrumento es porque quieren repetir el control de las exportaciones y el control del negocio”, porque “regulan el mercado aprobando o no los ROE”, explicó a Efe Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de Argentina (Ciccra).
La norma abre la puerta a que el plazo de los 30 días pueda ser menor.
Pero la rápida reacción del sector responde a que las medidas que comenzaron en 2006 duraron diez años. Y está candente el temor a que se repita el enfrentamiento político y económico del Gobierno con el sector agropecuario en 2008.
MIEDO A LA PÉRDIDA DE MERCADOS
Las entidades están disgustadas porque consideran una medida aislada e inconsulta que impide al sector crecer, y rechaza que la exportación sea la causa de la inflación (46,4 % anual en alimentos y 64,7 % en la carne), sino que la ubica en la política macroeconómica.
Por su parte, los exportadores están desesperados por no poder cumplir con los contratos de venta externa y temen perder los principales mercados, que incluyen Israel, Alemania, EEUU, Rusia, en manos de los competidores.
La prohibición exceptúa a tres cuotas de carne de alta calidad pero no los contratos con China, destino de un 75 % de las exportaciones, que cuentan con un cobro anticipado del 30 %.
«El problema es la pérdida de confianza del comprador», dijo Schiariti.
Los ingresos por exportaciones de carne vacuna totalizaron 2.719,4 millones de dólares en 2020, según Ciccra.
El campo no confía en la palabra del Gobierno, con el que los exportadores habían pactado hace sólo unos diez días una oferta de 8 millones de kilos de carne para llevar al mostrador once cortes a precios accesibles.
En cambio, alerta de que por las medidas que comenzaron en 2006 se perdieron 10 millones de cabeza de ganado bovino y los precios terminaron subiendo por encima de la inflación. También que se cerraron 140 frigoríficos y se perdieron 19.000 puestos de trabajo directos y Argentina pasó del segundo al duodécimo puesto de exportadores en el mundo.
OPOSICION Y GOBERNADORES
El expresidente Mauricio Macri (2015-2019) consideró de «mucha ignorancia» la prohibición de exportar, porque «al tiempo» va a faltar carne, volverán a aumentar los precios y habrá pérdida de empleo y de exportaciones: “Ya lo hicieron y lo vuelven a repetir, esto es lo grave”, dijo en una entrevista con el diario La Voz.
En cambio, el presidente Fernández, reiteró hoy en una entrevista con Radio 10 que busca frenar el alza de precios de la carne para los ciudadanos del país.
Cuatro provincias productoras de carne ya han alzado la voz contra la medida.