Lima, 14 jul (EFE).- El transporte urbano de Lima, una ciudad de 10 millones de habitantes y más de 165.000 contagios de la COVID-19, afronta el desafío de evitar las aglomeraciones, que pueden generar un rebrote de la enfermedad, en las rutas de los más de 24.000 autobuses que circulan en la capital peruana.
Lima tiene alrededor de la mitad del total de contagios del coronavirus confirmados en Perú (330.123 casos), pues concentra a un tercio de la población del país debido a su actividad económica y comercial.
Con el levantamiento de la cuarentena en la ciudad, a partir del 1 de julio, el temor es que el número de infectados se incremente por un mayor movimiento de las personas hacia sus trabajos o lugares de comercio.
La urbe, ubicada en la costa del Pacífico, tiene 511 rutas autorizadas para Lima y el vecino puerto del Callao por las que circulan autobuses, además de 832 vehículos para cinco corredores complementarios y otros 630 en el sistema articulado del Metropolitano.
A estos vehículos de transporte público se suman 44 trenes de seis coches de la Línea 1 del Metro de Lima, que recorre 34 kilómetros del sur hacia el noroeste de la ciudad.
La red era escasa para cumplir con las necesidades de los ciudadanos y los viajeros acostumbraban ir hacinados, prácticamente unos sobre otros en largos trayectos.
TRANSPORTE AL 10 % EN PANDEMIA
Sin embargo, durante el confinamiento obligatorio, entre marzo y junio pasados, «sólo hemos tenido un 10 % de los viajes que se tenían antes de la pandemia y obviamente hubo también una reducción de la oferta», explicó a Efe el director de Operaciones de la Autoridad del Transporte Urbano (ATU) para Lima y Callao, Iván Villegas.
En el caso del Metro de Lima, antes de la pandemia «teníamos cerca de 1.200 pasajeros a bordo del tren en el momento más cargado, ahora con el tema del distanciamiento social como máximo llegamos a los 100, por eso hemos notado más colas, porque el usuario espera un poco más», hasta cerca de una hora para poder abordar un tren, señaló.
La ATU, dependiente del ministerio de Transportes, elaboró los protocolos de seguridad al interior de las unidades para que las 376 empresas de transporte urbano de Lima y Callao implementen la limpieza y desinfección de sus vehículos, apenas se decretó el estado de emergencia sanitaria, así como las disposiciones para los pasajeros referidas al uso de mascarillas.
«Hemos construido aplicativos durante la pandemia que nos permiten exigir a la empresa que registren la desinfección (de sus unidades) y con nuestros inspectores vamos aleatoriamente a las empresas a verificar que efectivamente están haciendo la limpieza y desinfección», declaró Villegas.
Las empresas también deben cumplir con llevar a todos sus pasajeros sentados y ninguno de pie para mantener el distanciamiento social, además de implementar el pago del pasaje con tarjetas de crédito o débito.
HORARIOS ESCALONADOS EN EL TRABAJO
El director añadió que el Ejecutivo se ha comprometido en una campaña para lograr que los centros laborales, públicos y privados, establezcan nuevos horarios de ingreso para los trabajadores con el fin de evitar las aglomeraciones de personas en los paraderos.
«Del sector público ya se han implementado medidas para el ingreso de los trabajadores a las 7, o a las 10, esto ayuda a disminuir el pico de la mañana, pero también estamos apelando a que el sector privado adopte esta medida», indicó.
En ese sentido, resaltó que «hay un avance muy significativo con el sector construcción, que ya está dispuesto a ver qué horario podemos manejar en el ingreso de su personal», pues depende del horario de inicio de las obras de construcción en la ciudad.
«A nosotros nos gustaría tener una implementación del escalonamiento mucho más estricto. De forma que este pico que tenemos en todas nuestras ciudades, que es característico, se pueda disminuir y, por lo tanto, evitar las aglomeraciones y la presión para viajar llenos en los vehículos», expresó el funcionario.
SUBSIDIOS
El ministerio de Transportes recibió una transferencia por 117 millones de soles (34 millones de dólares) para el subsidio de unos 50.000 vehículos de transporte público a nivel nacional, además de otros siete millones de soles (2 millones de dólares) para la fiscalización de las medidas sanitarias.
Villegas explicó que con los subsidios en el caso de Lima lo que hacen es «compensar algunos costos fijos con la finalidad de garantizar la disponibilidad del servicio para los usuarios, de modo que no se perjudique con una disminución de la oferta».
«Esto va a ser calculado en base a una tasa de kilómetro recorrido», agregó.
En el caso del Metropolitano, que amenazó con parar a partir del miércoles, el director de la ATU señaló que «el Ejecutivo no ha negado la opción de que se puedan implementar mecanismos de compensación» para este servicio y los corredores complementarios, pero que en este momento debe cumplir con el contrato de concesión gestionado por la Municipalidad de Lima.
«El sistema integrado de transporte que se quiere implementar es con vehículos que transporten mayor cantidad de pasajeros y esto es más eficiente de cara al uso de las vias», remarcó el representante.
En opinión del director, «esa alineación que hay ahora con el tema de la pandemia nos permite vislumbrar que vamos a ir, en menos plazo, a esa meta de tener macrotransportación», en reemplazo de las combis o pequeñas camionetas que poblaron las vías hasta hace muy poco.
Mónica Martínez