La Paz, 26 dic (EFE).- Las exportaciones bolivianas, que cerrarán el año con un posible récord histórico, podrían sufrir un golpe en 2023 por la eventual recesión mundial que hará que caiga la demanda internacional, advirtió el privado Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
El gerente general de esa entidad privada de análisis del comercio exterior, Gary Rodríguez, dijo a EFE que el 2023 «no se presenta auspicioso, a decir de los organismos que se ocupan de estudiar la economía mundial», como el Banco Mundial (BM) o la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Según Rodríguez, «será una gestión bastante complicada» porque «la inflación que vive el planeta no cede» y «las políticas que se están implementando para controlarla amenazan con ocasionar procesos recesivos en muchos países».
«Se dice que la mitad del planeta podría caer en recesión, con lo que la demanda internacional podría decaer y conllevar una baja de las cotizaciones de las materias primas, lo que podría golpear a las exportaciones bolivianas, principalmente de minerales e hidrocarburos, aunque también está dicho que los precios de los alimentos podrían sufrir igualmente», señaló.
A su juicio, ese es el «desafiante escenario que deberá enfrentar el país en 2023», por lo cual el IBCE insistió en la necesidad de generar un «gran Pacto Social-Productivo» para una agenda conjunta con una visión de desarrollo «de largo plazo con políticas de corto y mediano término» y responsabilidades compartidas en aspectos como la inversión.
En comercio exterior, la principal preocupación es la caída continua de las Reservas Internacionales Netas (RIN) y el tipo de cambio que está fijo desde fines de 2011, señaló.
Rodríguez llamó a reflexionar en torno a la dinámica de las importaciones este año, pues si continúa el ritmo de crecimiento de las compras externas, 44 % en valor y 11 % en volumen hasta octubre, frente a una subida del 29 % y 3 % de las exportaciones, respectivamente, «se corre el riesgo de licuar el superávit comercial y afectar más aún el nivel de las RIN».
Por ello se espera «una actitud proactiva desde el Gobierno para apuntalar las exportaciones, en vez de restringirlas», como ocurre con algunos alimentos.
Rodríguez destacó que la economía boliviana creció en 2022 y la inflación a noviembre fue de 3 % «en un mundo que nada en inflación, con amenazas de recesión».
El experto lamentó que la falta de una «sinergia público-privada» y los «reiterados paros, bloqueos, cercos, avasallamientos a predios productivos y el imponer reivindicaciones a punta de dinamitazos» no contribuyeran a «un mejor desempeño económico».
Pese a ello, resaltó que 2022 «será el año de las exportaciones», con un nivel de 11.632 millones de dólares hasta octubre que «supera ya al valor total exportado» en 2021 «y se encamina a establecer un nuevo hito histórico hasta fin de año, superando los casi 13.000 millones de dólares del 2014».
Las exportaciones no tradicionales, principalmente agropecuarias y manufacturas, suman cerca de 3.500 millones de dólares hasta octubre, lo que supone “todo un récord».