São Paulo, 24 ago (EFE).- Itaú, el mayor banco privado de Brasil con presencia en varios países de América Latina, anunció este jueves la venta de su operación en Argentina al Banco Macro por unos 250 millones de reales (51,5 millones de dólares o 47,4 millones de euros).
«El Itaú Unibanco acaba de firmar un acuerdo con el Banco Macro para la venta de la totalidad de las operaciones del Banco Itaú Argentina», informó la entidad financiera brasileña en un comunicado remitido al mercado financiero.
De esta forma, Itaú pone fin a «cuatro décadas de historia» en Argentina al vender su filial al Banco Macro, que «potenciará la atención a los clientes argentinos», señaló André Gailey, CEO regional del banco en Argentina, Paraguay y Uruguay, en la nota.
El banco brasileño afirmó, sin embargo, que mantendrá su presencia en el país a través de una oficina de «representación local» para los clientes corporativos.
La operación tendrá que someterse al análisis de las entidades reguladoras de Brasil y Argentina para su conclusión.
El Itaú, que mantiene operaciones en Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay, también solicitará la apertura de esa oficina de representación «para seguir operando las actividades permitidas por su licencia», tras el acuerdo de compra y venta con Macro.
Por su parte, el Banco Macro se consolida «como el mayor banco privado de capital argentino en el país», con la mayor red de agencias: 565 unidades y 9.400 trabajadores.
«La decisión de incorporar la operación del Banco Itaú Argentina reafirma nuestro propósito, que es pensar en grande. Somos una empresa argentina que crece cada día y, con la compra, ratificamos nuestro compromiso de continuar invirtiendo en el país», afirmó el presidente de Banco Macro, Jorge Brito, en la nota.
«Con activos superiores a 2.000 millones de dólares, somos el banco argentino con mayor penetración en el interior de Argentina -el 80 % de nuestras agencias están allí-. Y ahora duplicaremos nuestra presencia en la zona metropolitana de Buenos Aires», completó.
El negocio se produce en un momento de profunda crisis económica en Argentina, con una inflación desbocada por encima del 100 % anual, escasez de divisas y una sequía aguda que ha golpeado a su sector agrícola, y en vísperas de las elecciones presidenciales de octubre.