Nueva Gerona (Cuba), 13 jun (EFE).- El incipiente sector privado cubano, las cerca de 8.000 pequeñas y medianas empresas autorizadas desde 2021, es «parte de una solución necesaria en un país que necesita renovarse profundamente», afirma el economista cubano Juan Triana.
Este prestigioso profesor del Centro de Estudios de la Economía Cubana en la Universidad de La Habana, repasa en una entrevista a EFE la grave crisis que afronta la isla, con escasez de productos básicos (como alimentos, medicinas y combustible), dolarización parcial de la economía, fuerte depreciación del peso cubano en el mercado informal y una inflación desbocada.
En ese escenario, agrega Triana, si las micro, pequeñas o medianas empresas «logran importar mil millones (de dólares) es una bendición, porque son mil millones que el Gobierno no tiene que poner en la importación”.
Tras permanecer prohibidas en Cuba durante 53 años, el Gobierno cubano permitió en septiembre de 2021 el establecimiento de las mipymes. Aunque limitadas en tamaño y sectores de actividad, estos nuevos actores económicos han logrado crear decenas de miles de empleos.
«Si de pronto nos cambia un poco más la mente y abrimos más espacio para los actores no estatales o logramos una rápida reforma de la empresa estatal para convertirla en empresa de verdad, y desde los ministerios se deja que las empresas sean realmente empresas estatales, pues entonces tendremos otro país», subraya.
INFLACIÓN «GALOPANTE»
Triana advierte, sin embargo, que “hay una lucha interna para identificarlas (mipymes) con la negación del socialismo y (con) un error del Gobierno» y que además «se les acusa de fenómenos que no generaron, como la inflación”.
El economista argumenta que el origen de la inflación fue otro. «Comenzó el día después de que abrieran las tiendas en divisas», en referencia a unos establecimientos estatales que abrieron en 2019 y que generan controversia, porque la mayoría de la población cobra sus salarios en pesos cubanos (cup).
A partir de ahí, comenta Triana, vino “la bifurcación entre la tasa de cambio oficial (24 cup por dólar) y la tasa de cambio del mercado informal», que se encuentra en máximos tras tocar los 200 cup.
Según el economista, las condiciones estaban servidas para generar un “movimiento especulativo” debido al “shock real de oferta sobre la economía por la baja producción”.
A esto hay que añadir «los costos, cuando se realiza una importación, que influyen en el precio final del producto», «el incremento de la liquidez», el aumento de los salarios en el sector no productivo –aunque considera que la medida era necesaria- y las «expectativas inflacionarias».
En 24 meses los precios se han doblado en el mercado formal, según datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), con especial incidencia en los alimentos y la restauración. Los incrementos en el mercado informal son mucho mayores, según distintos estudios. Triana habla de inflación «galopante».
A su juicio, sin embargo, todos los factores que han atizado la inflación pueden controlarse «con más competencia» y una mayor apertura de la economía.
Triana señala a la “demora» del Gobierno cubano como un factor de peso en la inflación actual: “La peor de todas las curas es no hacer nada y, a mi juicio, nos hemos demorado muchísimo”.
EL “ORDENAMIENTO”
Un momento clave en el actual proceso inflacionario fue la Tarea Ordenamiento, un paquete de medidas implementado en enero de 2021 que incluyó la devaluación del cup, el fin de la dualidad monetaria, el incremento general de salarios y pensiones y la reducción de los subsidios.
«Se hizo en el momento más inadecuado, en el que Cuba tenía menos condiciones para manejar anclas que evitaran los procesos inflacionarios», razona Triana.
Las medidas tenían problemas de diseño, como reconoció el propio Gobierno, pero es que además se aplicaron en plena crisis desatada por la pandemia de covid-19.
El economista explica que la Tarea Ordenamiento fue un ajuste económico que debería conllevar «procesos de destrucción creativa» en los que empresas no rentables desaparecen -«pero eso no pasó”- y surgen otras nuevas, para que la economía vuelva a crecer.
«TREMENDÍSIMA TAREA»
Sin embargo, el profesor reconoce que “para ningún Gobierno es fácil esta situación y el actual tiene una tremendísima tarea, porque no puede aislarse de las restricciones externas como la persecución del gobierno norteamericano (EE.UU.)”.
A las sanciones económicas y comerciales que Estados Unidos ha ido aprobando con el paso de los años -hasta el bloque del expresidente Donald Trump- hay que añadir la inclusión de Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo, con importantes efectos en el ámbito bancario y financiero.
Por eso, Triana defiende la búsqueda de nuevos aliados: «la Unión Europea, los rusos, los chinos, los brasileños, los que sean, siempre y cuando respeten nuestra dignidad y el comercio sea en términos de igualdad”.
«Tenemos que buscar adentro las fuerzas productivas y aliados nuevos que nos permitan hacer más manejable esta situación difícil”, acota Triana, quien aboga por «explicarle a la gente los problemas y anticipar soluciones, como hacía Fidel (Castro)».
A pesar de su experiencia, no se atreve a realizar una previsión de la economía cubana para los próximos cinco años.
«Prefiero pronosticarte los ciclones dentro de cinco años, en vez de la economía nacional», añade.
Laura Bécquer