San Salvador, 16 sep (EFE).- La actividad industrial sufrió en abril pasado su «más fuerte» contracción debido a las medidas de prevención y sanitarias implementadas por el Gobierno de El Salvador para contener el avance de la pandemia del coronavirus, que estalló a mediados de marzo, según un informe presentado este miércoles.
De acuerdo con el Informe Trimestral de Desempeño Económico y Normativo elaborado por la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), en abril pasado se observó la contracción «más fuerte» de la actividad industrial en el corto plazo en – 30 % (medido por el Índice de Producción Industrial), como «producto de las medidas de restricción implementadas por el COVID-19».
El Ejecutivo decretó a medidas de marzo una cuarentena domiciliar obligatoria, lo que también implicó el cierre de algunas empresas, en su mayoría maquileras, y restricciones en otras para poder operar.
El documento indica que, si bien a julio pasado, «aún permanecen una contracción de la actividad industrial en – 11,6 %», el sector ha reanudado labores con las medidas de prevención respectivas ante la pandemia y se espera que la tendencia «irá cambiando según las medidas que las autoridades (gubernamentales) establezcan y apliquen en lo que resta del año».
Karla Domínguez, gerente de Inteligencia Industrial, apuntó durante la presentación del informe que, en definitiva, en el segundo trimestre el COVID-19 «dominó todas las decisiones de negocio y las restricciones generaron una serie de problemas para el sector empresarial en general».
Sostuvo que «El Salvador fue el más afectado por las medidas de restricción» y subrayó que le sector industrial representa el 21 % del empleo formal en el país.
Domínguez recordó que las exportaciones acumuladas entre enero a agosto 2020 de la industria manufacturera representaron el 95, 1 % del total exportado por el país, lo que totalizó 2.940,8 millones de dólares, es decir una disminución del – 24,9 % (975,6 millones menos).
Además, indicó que el sector textil y confección ha sido el más golpeado por la pandemia, que registró entre enero a agosto del año en curso 1.077,5 millones de dólares, 702,5 millones menos que el mismo período de 2019.
La analista añadió que El Salvador «estaría atravesando por un período de contracción económica, como el de hace 40 años cuando se estaba en guerra, debido a la crisis generada por la pandemia».
A LA EXPECTATIVA POR TEMA TPS Domínguez dijo que el sector industrial está a la expectativa de lo que pueda suceder en Estados Unidos tras un fallo judicial que ha dejado sobre la mesa la probabilidad de deportar a unos 300.000 salvadoreños, quienes son beneficiados con el Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés).
Indicó que «la cancelación del TPS definitivamente va a venir a cambiar el panorama pronto» y enfatizó que «es un tema al que hay que ponerle mucho atención».
La economía de El Salvador se sostiene, principalmente, por las remesas que salvadoreños envía desde Estados Unidos.
Datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de 2019 y publicada en 2020 por el Ministerio de Economía indican que 1,63 millones de salvadoreños son beneficiados con las remesas y representan el 24,3 % de la población.
Un total de 471.633 hogares reciben estas divisas, de los que 13.530 se encuentran en pobreza extrema y 68.874 en pobreza relativa.