Brasilia, 14 jun (EFE).- La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s (S&P) mejoró este miércoles su perspectiva a largo plazo para Brasil, la cual elevó de «estable» a «positiva», según comunicado divulgado por la calificadora.
La agencia, sin embargo, mantuvo para el gigante suramericano las notas crediticias soberanas en moneda local y extranjera de largo y corto plazo en BB-/B.
De acuerdo con S&P, el cambio de perspectiva se debe a que el crecimiento de la economía en Brasil está mejor de lo esperado y a las señales de estabilidad de las políticas fiscal y monetaria del Gobierno del progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
«El crecimiento continuo del PIB sumado al marco emergente para la política fiscal puede resultar en una carga de deuda pública menor de la esperada, lo que puede respaldar la flexibilidad monetaria y sostener la posición externa neta del país», señala la agencia.
La calificadora señaló que esa perspectiva puede regresar al modo «estable» en dos años si las políticas impulsadas por el Gobierno resultan en un «crecimiento económico limitado».
Las calificaciones también podrían subir si se implementa una «política económica pragmática que frene las vulnerabilidades en las finanzas públicas» del país y prepare el escenario para un mejor crecimiento del PIB.
«La clave para esto sería la aprobación de reformas adicionales, entre ellas la reforma tributaria actualmente en debate», indicó.
Según S&P, la razón fundamental de las calificaciones dadas a Brasil se debe a la incapacidad de abordar rápidamente las deficiencias económicas, lo que impide que Brasil crezca a un ritmo más rápido y consistente.
Para la agencia, las medidas implementadas en los últimos años han ayudado a contener los riesgos para la estabilidad macroeconómica.
«En nuestra opinión, el riesgo de que dichas reformas se reviertan o se implementen de manera deficiente se ha reducido debido a una formulación de políticas económicas más pragmática en todas las ramas del gobierno», señala la calificadora.
«La sólida posición externa de Brasil, un tipo de cambio flexible y un régimen de política monetaria basado en un marco de metas de inflación dirigido por un banco central autónomo respaldan las calificaciones», puntualizó.
El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, celebró la revisión de la agencia y dijo que representa «un paso importante» después de cuatro años, pues la última calificación la hizo en 2019.
Para el ministro, la nueva calificación es resultado de un trabajo conjunto de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, al que hace falta que se sume el Banco Central.
Esto porque el Emisor ha sido reacio a bajar los tipos de interés, que se encuentran en el 13,75 % anual, para frenar la inflación, un nivel que para el Gobierno de Lula impide que la economía del país crezca.