Buenos Aires, 11 oct (EFE). La campaña electoral argentina entra en su etapa más ríspida, con acusaciones cruzadas entre los candidatos a la Presidencia sobre la actual volatilidad cambiaria, que vivió este martes otro episodio de alza con una brecha entre el tipo oficial y el ‘blue’ de casi un 200 %.
Con el dólar paralelo superando los 1.000 pesos -lo que supone un 187 % respecto al tipo de cambio oficial- y el dato del IPC de septiembre que se conocerá este jueves, que dejará la inflación interanual cerca del 140 %, los ánimos en la política argentina están muy caldeados con vistas a los comicios del 22 de octubre.
Después de que el pasado lunes, en una entrevista con Radio Mitre, el candidato libertario, Javier Milei, animara a no renovar los plazos fijos en pesos por considerar que la moneda local «no puede valer ni excremento», sus principales oponentes en la carrera por la Presidencia argentina le acusan de estar intentando generar la atmósfera propicia para el proceso de dolarización que propugna.
Tanto el aspirante de la coalición oficialista Unión por la Patria (peronismo), Sergio Massa, como la aspirante de Juntos por el Cambio (centroderecha), Patricia Bullrich, criticaron al disruptivo político a falta de poco más de una semana para la celebración de las elecciones.
«No les importa la gente, sólo les importa una frase atractiva para generar un título en los medios. Estamos ante una manga de irresponsables que no piensan en la Argentina sino que se miran a ellos mismos para ver cómo se ven en un título de diario sin pensar en el mañana», aseveró el actual ministro de Economía.
Por su parte, la que fuera ministra de Seguridad en el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) resaltó que, en medio del «incendio producido por un gobierno irresponsable», Milei «prende más el fuego y le tira más chispas para que el país explote».
La subida en las últimas fechas del dólar paralelo (llamado ‘blue’), al que se vuelcan los ahorristas ante las restricciones para acopiar divisas en el mercado oficial, máxime en este contexto de inestabilidad preelectoral, ha aumentado la incertidumbre y la preocupación de los argentinos.
Las distintas asociaciones de bancas privadas lanzaron un comunicado reclamando «responsabilidad democrática», que requiere de instituciones «sólidas» y una dirigencia «madura», al tiempo que Milei fue denunciado ante la Justicia por la abogada Valeria Carreras por incitación a la «violencia económica».
Carrera a la Presidencia
Lo cierto es que, más allá de las consideraciones puramente económicas, a nadie escapa que, según todas las encuestas, Milei fue el líder más votado en las elecciones PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) celebradas el 13 de agosto y ahora es el máximo favorito a ocupar la Casa Rosada el 10 de diciembre.
Pese a que las primarias dejaron el escenario de un país dividido en tres tercios, con los principales candidatos en torno a un 30 % de apoyo pero sin llegar a esa cifra y con décimas de diferencia entre ellos, el avance de la campaña hacia octubre fue abriendo ventajas a favor del líder de La Libertad Avanza (ultraderecha) respecto a Massa, que seguiría siendo el segundo más votado -como en agosto-, y en detrimento de Bullrich que, según los sondeos, quedaría fuera de una eventual segunda vuelta.
Los otros dos candidatos a la Presidencia, el peronista disidente Juan Schiaretti y la líder del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Myriam Bregman, obtendrían una adherencia minoritaria.
No obstante, las primarias ya dejaron ver fallos en las encuestas, hasta el punto de que ninguna daba de antemano como ganador al líder de La Libertad Avanza. Por eso, no falta quien dice que este podría ganar incluso en primera vuelta.
Si ninguno de los candidatos alcanza un 45 % o al menos un 40 % y 10 puntos porcentuales sobre el siguiente más votado, habrá una segunda vuelta el 19 de noviembre.
El nuevo Ejecutivo resultante de las elecciones asumirá el 10 de diciembre para el período 2023-2027.
Concepción M. Moreno