Río de Janeiro, 4 mar (EFE).- La economía de Brasil creció un 4,5 % en 2021, su mayor subida en la última década y compensó la histórica caída que sufrió en 2020 por la covid, un resultado que no se repetirá en 2022, para cuando se prevé una fuerte desaceleración en esta nación, informó este viernes el Gobierno.
El buen desempeño del año pasado revirtió el desplome del producto interno bruto (PIB) del país en 2020, cuando la economía de la potencia suramericana retrocedió 3,9 % -la peor caída en 24 años- luego de que la industria y los comercios se paralizaran durante meses por las restricciones impuestas para frenar la propagación del virus.
No obstante, entre octubre y diciembre del año pasado la economía brasileña creció sólo un 1,6 % frente al mismo período de 2020 y un 0,5 %, en el comparativo con el trimestre anterior, según los datos divulgados este viernes por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Aunque el gigante suramericano logró superar la recesión técnica a la que entró en septiembre pasado, luego de que su economía retrocediera durante dos trimestres consecutivos, para los expertos, el comportamiento de los tres últimos meses de 2021 refleja un escenario de bajo crecimiento y alta inflación.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB de Brasil crecerá sólo un 0,3 % en 2022, un cálculo que es compartido por los analistas del mercado, según la última edición del boletín Focus, divulgado este lunes por el Banco Central.
El Gobierno de Jair Bolsonaro, en cambio, es más optimista y espera una expansión de 2,1 %, de acuerdo con la última estimativa divulgada en noviembre pasado.
Según explicó el Ministerio de Economía este viernes, el país tuvo una recuperación en «V» y la variación acumulada del PIB brasileño en el período 2020 y 2021 fue mayor que la de todos los países del G7, excepto Estados Unidos.
«Para 2022 con la normalización de los choques negativos de oferta, el restablecimiento de las cadenas productivas y los impactos positivos sobre los mercados de energía, agropecuaria, servicios e industria brasileña, la estimativa es superior a la proyectada actualmente en el mercado», señaló Adolfo Sachsida, secretario de Política Económica del ministerio de Economía, al comentar el resultado.
EN MEDIO DE LA GUERRA «BRASIL ES UN PUERTO SEGURO»
El Gobierno brasileño también está optimista frente al impacto que pueda causar en el país la guerra que se desató tras la invasión de Rusia a Ucrania y desde ya se quiere mostrar como un puerto seguro para los inversionistas.
«Desde el punto de vista externo tomamos medidas, existe lo que controlamos y lo que no controlamos; no sabemos la extensión ni el tiempo que durara el conflicto pero podemos mejorar y fortalecer nuestro mercado de capitales y de crédito. Con ellos más sólidos mostraremos al mundo que Brasil es un puerto seguro para la inversión», aseguró Saschida.
Durante su intervención, el funcionario insistió en que el país ya condenó la invasión en tres oportunidades en la ONU y que otorgará visas humanitarias para refugiados.
UNA ECONOMÍA AL VAIVÉN
Y es que la economía del país padeció altas y bajas durante todo el 2021, con una disparada en el sector agropecuario que se benefició en el primer trimestre por la variación de la tasa de cambio, y un desplome del sector servicios por una nueva ola de la pandemia.
Con los avances de la vacunación, la situación se revirtió en el segundo semestre para los servicios, pero el agronegocio se fue a pique por la crisis hídrica que vivió Brasil, mientras que la industria continuaba padeciendo por la falta de componentes.
Así las cosas, la economía del país avanzó en 2021 frente a 2020 impulsada principalmente por la recuperación del sector servicios, que creció un 4,7 % frente a 2020, y de la industria, que subió un 4,5 %. Juntos representan el 90 % del PIB de país.
El año pasado, el gigante suramericano también padeció la disparada de los precios, con una inflación que cerró 2021 en 10,06 % -la mayor desde 2015- y que en enero acumuló una tasa interanual de 10,38 %, impulsada por el precio de los combustibles y por las tarifas de la energía.
Esto obligó al Banco Central a elevar la tasa básica de interés, que tras nueve subidas consecutivas se ubica actualmente en el 10,75 % anual, su mayor nivel desde abril de 2017.
Pese a los intentos por frenar el consumo para detener la inflación, expertos señalan que el alza de los precios y las tasas de interés continuarán disparadas este año, impactadas por el clima electoral de las presidenciales de octubre y los efectos de la guerra suscitada tras la invasión de Rusia a Ucrania.
