Montevideo, 31 oct (EFE).- La virtualidad como nueva sala de reuniones para hacer negocios en un momento de crisis en el comercio internacional por la covid-19. Bajo esa premisa se celebró la séptima Expo Aladi, organizada por la Asociación Latinoamericana de Integración y Ecuador, que concluyó este viernes.
La incertidumbre general que se vive a causa de la pandemia en un momento en el que la crisis global tiene como epicentro a América Latina provocó que Aladi pusiera en marcha una nueva estrategia para generar un mecanismo que no impidiera llevar a cabo esta macrorrueda de negocios multisectorial, la más importante de la región.
DISTINTA FORMA, MISMO OBJETIVO
«Hace un poco más de un año que Ecuador mostró su interés en ser la sede y teníamos previsto realizar el evento físicamente en conjunto con algunos actores privados (…) pero logramos transformarlo con los equipos de Aladi y ProEcuador para poder tener el mejor resultado posible y ofrecer una alternativa», cuenta a Efe el viceministro de Comercio Exterior de Ecuador, Daniel Legarda.
La Expo Aladi Ecuador 2020, que se desarrolló de manera virtual entre el 26 y el 30 de octubre, tuvo la participación de más de 500 empresarios junto a representantes de los Gobiernos de los 13 Estados miembro y naciones invitadas de Centroamérica y el Caribe.
«Es un momento especial, muy particular, por todo lo que está pasando la región y el mundo entero, pero de alguna forma nos sentimos también bien porque hemos podido llevar a cabo el evento de una manera virtual», señala el viceministro y resalta la buena acogida que hubo por parte de todos los países.
Pese a los tiempos difíciles lo principal, según Legarda, es «continuar promoviendo el comercio internacional», ya que actualmente es sumamente importante la integración regional para salir en conjunto de esta crisis.
Esta es la primera vez que Ecuador organiza esta macrorrueda de negocios, por lo que el viceministro explica que la idea de su país durante este evento fue mostrar que «está abierto» a ello.
Sobre este nuevo formato, el secretario general de Aladi, el uruguayo Sergio Abreu, sostiene a Efe que esto fue «una buena prueba» de la que más adelante se analizarán los resultados.
«Es un instrumento muy útil porque evita traslados y en particular, ayuda a los empresarios a poder comunicarse en estas condiciones», asevera Abreu.
En esa línea también se expresa el canciller de Ecuador, Luis Gallegos Chiriboga, quien asegura que esta fue «una magnífica oportunidad» para mantener vivo el comercio en un momento en el que el mundo, pero especialmente la región, se ha visto golpeado por la implosión económica, el desempleo y el aumento de la pobreza.
«Esto es un muy buen ejemplo de que estas metodologías son facilidades coyunturales que no reemplazan totalmente al contacto humano. Pero creo que en estos momentos en que estamos frente a una situación tan grave es un estupendo uso de tecnologías de información y comunicación», añade a Efe.
UNA MIRADA EMPRESARIAL
La macrorrueda de negocios estuvo integrada por empresas de los trece países miembros de la Aladi -Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela-, además de otras de naciones invitadas de Centroamérica y el Caribe.
Dichas empresas, tanto importadoras como exportadoras, pertenecen a distintos sectores como los alimentos y bebidas procesados; los envases y empaques; la madera, el metal, sus manufacturas y acabados de construcción; materiales eléctricos, maquinarias y equipos agrícolas y de transporte de mercancías.
Dos empresarios, la uruguaya Ana Claudia Morán, directora de International Business Alliances, y el guatemalteco Julio César Monroy, de la empresa Productos y Servicios Varios (Proserva), prestaron testimonio a Aladi sobre cómo han vivido estas extensas jornadas de trabajo en este nuevo formato.
Morán cuenta que ha participado de todas las ediciones de la Expo Aladi y en esta edición tan particular el objetivo de su empresa estuvo en «fortalecer los vínculos» con la mira puesta en la integración.
«Este año yo entendí que era justamente hacer la diferencia, ya que no íbamos a poder desplazarnos, en estar mucho más presentes, detectar más oportunidades tanto de importación como de exportación», explica.
Uno de los puntos más destacados por la empresaria es que en este nuevo formato pudo llegar a conocer a nuevos actores y productos que, tal vez, en formato presencial no hubiesen podido asistir a Ecuador y eso «marca una diferencia».
Monroy coincide con la uruguaya y destaca la capacidad de Aladi para organizar y hacer un buen filtro que permita que sean productos de calidad los que se negocien.
«Siempre que nos hemos inscrito nuestro objetivo es encontrar enlaces, proveedores, productos de alta calidad de América. En las últimas décadas los mercados se enfocan en precios y han descuidado el tema de la calidad cuando es el ingrediente más importante cuando estamos hablando de alimentación humana», afirma.
A pesar de las dudas, de una pandemia que no para de afectar a un continente inmerso en una crisis que parece no tener un fin cercano, Aladi y ProEcuador se pusieron al hombro este evento regional, encontraron la alternativa para llevarlo a cabo y, en los hechos, parecen haber encontrado una fórmula que, como coinciden muchos de los actores involucrados, «llegó para quedarse».