Sao Paulo, 9 sep (EFE).- La inflación sigue su escalada en Brasil y alcanzó el 0,87 % en agosto, el mayor nivel para ese mes en los últimos 21 años, mientras que se aproxima a los dos dígitos (9,68 %) en el acumulado en los últimos 12 meses, informó este jueves el Gobierno.
De acuerdo con el estatal Instituto de Geografía y Estadística (Ibge), la inflación acumula un alza del 5,67 % entre enero y agosto, por encima de la meta fijada por el Gobierno, que es del 3,75 %, con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales hacia abajo (2,25 %) y hacia arriba (5,25 %).
En los últimos 12 meses del año, la inflación llegó al 9,68 %, la más alta desde febrero de 2016, cuando rompió la barrera del 10 %, y superó así las proyecciones realizadas por el mercado financiero.
«La inflación se está comportando de una manera diferente de lo que el mercado preveía. El mercado creía en una inflación descendiente», afirmó a Efe Mauro Rochlin, economista del centro de estudios Fundación Getulio Vargas (FGV).
El indicador se ha visto presionado sobre todo por el incremento de los precios del transporte (1,46 %) y concretamente por los combustibles, que aumentaron un 2,96 % en agosto respecto a julio.
La gasolina ha sido uno de los principales villanos de la inflación, ya que entre enero y agosto de este año su precio escaló un 31 %, impulsado por los reajustes aplicados en las refinerías, la depreciación del real frente al dólar y los valores del mercado internacional.
El grupo de alimentos y bebidas también tuvo un fuerte impacto en la inflación en el mes de agosto, tras subir un 1,39 %, así como la energía eléctrica, encarecida por la crisis hídrica que vive el país, la más grave en los últimos 91 años.
La energía eléctrica subió un 1,1 % y, aunque desaceleró frente a julio (7,88 %), acabó influyendo en los precios del grupo de vivienda (+0,68 %).
De acuerdo con Rochlin, una de las principales preocupaciones es la diseminación de la inflación por todos los grupos, lo que hace que su control sea más difícil.
«La tasa de difusión comienza a ser mayor y eso significa que contamina los diferentes sectores. No se concentra en un solo grupo y eso hace que sea mucho más difícil controlarla», precisó el economista.
El fuerte alza de los precios en la mayor economía de Latinoamérica ha obligado al Banco Central a emprender una senda de constantes aumentos de los tipos básicos de interés, los cuales se encuentran en el 5,25 % tras tocar el mínimo histórico del 2 %.
De acuerdo con las últimas proyecciones del mercado financiero, la inflación terminará el año en el 7,58 %, mientras que la tasa de interés se situará en el 7,63 %, aunque esas previsiones probablemente serán revisadas al alza en las próximas semanas.
De cumplirse las proyecciones de los analistas, Brasil cerraría el año con la mayor inflación desde 2015, cuando llegó al 10,67 % en plena recesión económica.
El encarecimiento de los precios y del crédito ha comenzado a corroer la renta de las familias, principalmente las más pobres, y se ha convertido en un nuevo obstáculo para el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien buscará su reelección el próximo año.
El aumento de la inflación coincide además con un escenario de elevado desempleo (14,1 %) y podría comprometer la recuperación del país.
La economía brasileña cayó el año pasado un 4,1 %, en medio de la crisis causada por la pandemia del coronavirus, pero tanto el mercado como el propio Ejecutivo prevén un crecimiento alrededor del 5 % este año y de cerca del 2 % en 2022.