Bogotá, 13 dic (EFE).- Colombia tiene un problema estructural de inseguridad alimentaria asociado a la pobreza, más que a la oferta de alimentos, y hay lugares en los que la gente no puede tener las tres comidas diarias, afirma la ministra de Agricultura, Cecilia López Montaño, quien califica de «vergonzosa» esa situación.
Según un informe publicado en enero pasado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 7,3 millones de personas en Colombia, de una población total de 50 millones, padecen inseguridad alimentaria.
«Es una vergüenza. No se justifica que un país como nosotros, con un comportamiento de su economía muy aceptable, que para la OCDE es un país de ingreso medio alto, tenga estos niveles de inseguridad alimentaria. Tenemos ciudades como Barranquilla donde en algunos momentos se ha llegado hasta (el punto de que) la mitad de su población no tiene las tres comidas diarias», aseguró la ministra en una entrevista con EFE.
López citó la situación del departamento de La Guajira, en donde según el Instituto Nacional de Salud, 50 niños menores de cinco años fallecieron por desnutrición en los primeros nueve meses de este año, un problema que se repite desde hace décadas.
«Mire lo de La Guajira. ¿Cuántos años llevamos oyendo, escuchando que permanentemente se mueren niños de inanición? ¿Cuánto llevamos con las quejas del plan de alimentos para el sistema educativo?», se pregunta.
Según López, «Colombia tiene un problema estructural de inseguridad alimentaria que tenemos que abordar» en el nuevo Gobierno pero que se «está lejos de resolver» porque, entre otras cosas, se agravó durante la pandemia de covid-19.
«Que quede claro, en Colombia la seguridad alimentaria en general no ha sido un tema de oferta de alimentos, es un tema de pobreza, es un tema de falta de ingresos» porque el país tiene condiciones para producir alimentos todo el año y en diferentes pisos térmicos.
La ministra explicó que a la elevada inflación de este año, que en el dato interanual hasta noviembre se situaba en el 12,53 %, se suma la temporada de lluvias, las más fuerte en 40 años, que han hecho que «los precios de los alimentos estén desbordados, y eso, sin duda, tiene impacto sobre los niveles de inseguridad alimentaria».