Brasilia, 21 jun (EFE).- El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, inauguró este martes en Brasilia un seminario sobre el proceso de adhesión de Brasil a ese organismo y afirmó que tanto este país como el mundo precisan políticas ambientales más eficaces.
«El cambio climático es un desafío global» y tanto Brasil como «el resto del mundo precisan de una acción más ambiciosa y eficaz» para combatirlo, sostuvo Cormann en una ceremonia celebrada en la sede de la cancillería brasileña.
El secretario general de la OCDE fue diplomático y evitó citar las críticas internacionales a las agresivas políticas que impulsa en la Amazonía el Gobierno de Jair Bolsonaro, pero sí instó al país «y al mundo a traducir sus compromisos en acciones concretas» para lograr «el objetivo global de cero emisiones» contaminantes.
Sobre el trámite para el ingreso de Brasil a ese organismo, dejó también un mensaje y dijo tener «certeza» de que, durante el proceso, «los especialistas buscarán certificar las evidencias de que las políticas de medio ambiente atienden los elevados patrones de la OCDE y que los recursos naturales son bien preservados».
También consideró que, si bien Brasil «ya está en conformidad con 120 de los 229 instrumentos legales de la OCDE» y «presenta argumentos más fuertes que cualquier otro candidato en la historia de la organización», aún tiene otras asignaturas pendientes.
Además del apartado ecológico, citó la necesidad de que el país «mejore la calidad y eficiencia del gasto público» y genere «espacio fiscal para la inversión productiva», con una modernización de las regulaciones de mercado que garantice «igualdad de condiciones» para las empresas nacionales y extranjeras.
También instó al Gobierno a mejorar la «calidad y equidad en la educación pública», que «está abajo de las metas de la OCDE», y a ampliar «el acceso de las familias de baja renta» a las escuelas.
De todos modos, dijo estar convencido de que Brasil avanzará en todas esas áreas y valoró el hecho de que sea «la mayor economía de Latinoamérica, un líder regional y miembro del G20, que presidirá en 2024».
Reconoció, además, que el mundo enfrenta una coyuntura difícil, primero por el impacto de la pandemia y ahora por las consecuencias de «la invasión no provocada, ilegal e injustificada de Rusia a Ucrania, que deja un precio muy pesado para todo el mundo».
Aún así, instó a Brasil a «no perder de vista la agenda de reformas estructurales necesarias».
El proceso formal de adhesión de Brasil a la OCDE comenzó este mismo mes, cuando el organismo anunció la «hoja de ruta» para su incorporación, junto con las de Bulgaria, Croacia, Perú y Rumanía.
La OCDE, fundada en 1961, sólo tiene entre sus 38 miembros a cuatro países latinoamericanos: Chile, Costa Rica, Colombia y México, en tanto que evalúa el posible ingreso de Argentina.
Según dijo el ministro de Economía, Paulo Guedes, en la misma ceremonia, el ingreso a la OCDE, que aún tiene «un camino largo por delante», es una «prioridad» para el Gobierno brasileño.
«En ese grupo están las naciones avanzadas, las economías más fuertes del mundo, las democracias liberales, y Brasil quiere unirse a ellas» para contribuir con lo que calificó como un «intercambio de experiencias de lo que hay más de avanzado en la civilización».