Lima, 20 jun (EFE).- La central térmica de Las Flores, en el departamento de Lima, ha comenzado sus operaciones para proveer de energía al Perú desde una instalación definida como «la más eficiente» de América Latina.
«Tenemos ahora una planta mucho más eficiente. Si la planta es más eficiente significa que se despacha en continuo, no arranca y para», explicó a Efe Willem Van Twembeke, director general de Inkia Energy, operadora de la planta a través de Kallpa, su filial peruana.
De este modo, la planta arranca y no cesa, lo que «es mucho mejor» para su mecánica, y su eficiencia, favorecida por un menor consumo de agua de refrigeración, hace que se ahorre energía en forma de combustible, lo que optimiza todos sus procesos.
Las Flores operaba anteriormente con un ciclo abierto y, tras una inversión de 165 millones de dólares, que incluyó la actualización de las turbinas de gas, lo hace ahora con un ciclo combinado.
Esto implica que contaba solamente con una turbina a gas que no genera energía de un modo tan eficiente y, por tanto debía arrancar y parar su operación varias veces al día.
Tras la reforma, esta se enfría con aire condensado, utilizando el vapor usado por la turbina a vapor con ventiladores.
Además, Las Flores ha incrementado su potencia con una capacidad de hasta 320 megavatios que será suministrada al sector minero, que supone el 10 % del PIB peruano, a la pequeña industria y para el consumo doméstico.
UN DESAFÍO EN PLENA PANDEMIA
El proyecto comenzó en agosto de 2019, aunque las obras de infraestructura dieron inicio en febrero de 2020. Por tanto, sufrió por el embate de la pandemia de la covid-19, cuya tasa de mortalidad en Perú es la mayor del mundo.
No obstante se sobrepuso a todas esas vicisitudes para concluir unas obras en las que se involucraron a centenares de personas, sin que se registrara ningún accidente durante la construcción, según la empresa.
«Esta planta fue construida durante la pandemia con mucha complicación de la logística. La logística para llevar a todos los trabajadores y especialistas al sitio ha sido extremadamente complicado, pero ha sido superbien manejado porque hemos terminado dentro del presupuesto», agregó Van Twembeke.
Por eso, cuando finalmente fue puesta en operación el pasado 14 de junio, la labor supuso el fin de un largo periplo.
Un trayecto que también implica incrementar la sostenibilidad de una central que ahora es más amigable con el medioambiente, ya que se ha producido una «reducción considerable» de las emisiones.
Esta nueva planta, también reduce la contaminación al generar menos dióxido de carbono.
«Una planta de ciclo combinado emite alrededor de 0,4 toneladas por megavatio hora de electricidad. Perú tiene una emisión especifica en todo el sector eléctrico de alrededor de 0,2 toneladas por megavatio hora», explicó el director ejecutivo de Inkia Energy.
No obstante, destacó que la filial peruana, Kallpa, lo hace «algo mejor que eso», al registrar una emisión de 0,15 toneladas.
«Si combinas toda la (generación) hidroeléctrica que hay en Perú, tienes un sector eléctrico, desde el punto de vista de emisiones, superbien posicionado a nivel mundial. Alguna gente en el Perú tiene tendencia a olvidar esto, pero uno no debe olvidar, debe poner las cosas en perspectivas», concluyó.