San José, 2 oct (EFE).- La Policía de Costa Rica levantó durante la madrugada de este viernes una serie de bloqueos en carreteras estratégicas que fueron instalados por personas que se oponen a un eventual acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Debido a los múltiples bloqueos se dispuso intervenir. Se intervienen varios puntos de bloqueo y lamentablemente en el sector de Caldera (Pacífico central) los manifestantes tenían en su posesión 22 botellas tipo molotov con cuartos de dinamita adheridos», dijo en una declaración enviada a los medios el ministro de Seguridad, Michael Soto.
El funcionario aclaró que las bombas molotov y la dinamita no fueron usadas por los manifestantes y que no hubo heridos.
En algunas de las intervenciones la Fuerza Pública empleó gases para dispersar a los manifestantes, detuvo a un total de 4 personas y retiró las placas a vehículos que bloqueaban vías.
Estas protestas cumplen este viernes tres días y según el Gobierno el jueves contabilizó a unas 3.000 personas que participaban en alrededor de 50 bloqueos de carreteras en distintas partes del país.
Estos bloqueos se han realizado en puntos estratégicos de carreteras que conducen a sitios turísticos, a fronteras, a zonas de producción agrícola, a puertos y aeropuertos, ante lo que los sectores empresariales instaron el jueves al Gobierno a dialogar con los manifestantes para despejar las vías y evitar daños a la economía.
Estas protestas son organizadas por un grupo denominado «Movimiento Rescate Nacional», encabezado por figuras políticas como el excandidato presidencial José Miguel Corrales.
La agrupación, que exige al Gobierno desistir del eventual acuerdo con el FMI, afirmó que este viernes continuarán bloqueando carreteras.
El pasado 17 de septiembre el Gobierno presentó a la opinión pública una propuesta para negociar con el FMI un acuerdo por 1.750 millones de dólares que tiene como fin enfrentar los efectos económicos causados por la pandemia de la COVID-19 y evitar una crisis.
La propuesta incluye nuevos impuestos como uno a las transacciones bancarias y la renta global, así como el aumento de otros tributos como el de la renta y el de bienes inmuebles.
Además, la iniciativa pretende fusionar algunas instituciones públicas y vender otras como el Banco Internacional de Costa Rica y la Fábrica Nacional de Licores.
La propuesta gubernamental es rechazada por la oposición política, que critica los nuevos impuestos y el bajo recorte del gasto, mientras que sectores sindicales y sociales afirman que la propuesta representa un duro golpe a la clase trabajadora y a los sectores más vulnerables.
El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, ha defendido la iniciativa asegurando que no afectará a las personas pobres y que se trata de una opción «realista» para evitar una crisis mayor, aunque ha reconocido que impulsar más impuestos es «impopular», «doloroso» y «una medicina amarga».