San Juan, 14 jul (EFE).- La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, pidió este martes un plan de ayudas para los países del Caribe debido a los consecuencias provocadas por el COVID-19 en la región.
Mottley, cuyo país forma parte de la Comunidad del Caribe (Caricom), dijo este martes a través de un comunicado que el COVID-19 ha golpeado la economía regional, dañada desde hace siglos por la esclavitud, razón por la que también se piden ayudas internacionales.
El comunicado señala que la pobreza y el subdesarrollo que Barbados y otros países del Caribe heredaron del Reino Unido y otras potencias europeas en el momento de la independencia se ve ahora ahondada por el daño provocado por el COVID-19.
«La transformación económica y el crecimiento dependen de un pacto internacional para el Caribe. El COVID-19 ya ha llevado, en muchos casos, a duplicar el gasto en asistencia sanitaria y social», destacó.
Dijo que la comunidad internacional necesita reconocer que lo que pasará en la región del Caribe en el transcurso de la pandemia amenaza con socavar la viabilidad a mediano plazo de los estados de la región.
Aunque los pequeños países del Caribe no son territorios especialmente castigados por el COVID-19 sí ha alcanzando a algunos estados con cierta incidencia si se tiene en cuenta el tamaño.
Barbados registra en lo que lleva de pandemia 103 contagios y 7 fallecimientos, Surinam tiene 780 infecciones y 18 muertes, mientras que Jamaica contabiliza 759 casos y 10 defunciones, Guyana cuenta con 300 enfermos por el COVID y 19 decesos e Islas Caimán 203 casos y una persona que perdió la vida a causa del coronavirus.
El COVID-19 golpeó con especial virulencia la economía de estos pequeños territorios, que en gran medida dependen del turismo.
Jamaica y el archipiélago atlántico de Bahamas ya pusieron en marcha el proceso de reapertura de sus economías y de la llegada de turistas forzados por los miles de puertos de trabajo que dependen de ese sector fundamental para la economía local.