La Paz, 14 dic (EFE).- La producción de soya, maíz, trigo, girasol y sorgo en el oriente boliviano en 2021 llegó a 4,7 millones de toneladas, un 6 % menos que el año anterior, detalló este martes la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
El gerente general de la Anapo, Jaime Hernández, presentó a los medios en la región oriental de Santa Cruz, motor económico del país, la evaluación del sector sobre la producción de estos granos y oleaginosas «que son alimentos estratégicos que contribuyen a garantizar la seguridad y soberanía alimentaria del país».
«Como resultado de las siembras de las campañas de verano 2020-2021 y de invierno 2021, la producción total de estos granos ha sido de aproximadamente 4.700.000 toneladas, lo que ha representado una disminución de 6 % con relación al año anterior», manifestó Hernández.
La disminución se debió a las «condiciones climáticas desfavorables» que afrontaron los productores en la campaña de invierno, donde se registró una sequía prolongada y heladas que dejaron pérdidas «considerables», sobre todo en los cultivos de sorgo y maíz, indicó.
Las condiciones favorables en la campaña de verano permitieron aumentar la producción de soya con unas 500.000 toneladas adicionales que, junto a los buenos precios en el mercado internacional, permitieron a los agricultores soportar las pérdidas generadas en el invierno, agregó.
La producción agrícola generó un movimiento económico de unos 1.600 millones de dólares, un 37 % más que el año anterior, resaltó.
En cuanto al comercio exterior, el gerente de Anapo citó los datos del estatal Instituto Nacional de Estadística (INE) que indican que a octubre de este año, las exportaciones de oleaginosas tuvieron un valor de unos 1.250 millones de dólares, 77 % más que en el mismo periodo de 2020 y que se atribuye a la buena coyuntura externa.
Hernández aseguró que el sector productivo se encuentra «estancado» en los últimos años en cuanto a la superficie de siembra, con 2,3 millones de hectáreas en las campañas de verano e invierno, «con lo cual se descarta que se esté dando cualquier ampliación de la frontera agrícola».
Ambientalistas y expertos han denunciado que en los últimos años se ha privilegiado la distribución de tierras para ampliar la frontera agrícola, sobre todo en el oriente boliviano, lo que ha generado problemas como los incendios forestales y las invasiones de terrenos, en un conflicto que se torna cada vez más violento y político.
La Anapo demandó «seguridad jurídica para las tierras productivas» y también reclamó políticas públicas que permitan al sector acceder a la biotecnología para mejorar los cultivos de soya y maíz principalmente, así como una lucha «frontal» contra el contrabando de productos agropecuarios, señaló Hernández.
También lamentó que no se pudiera establecer hasta ahora una «agenda productiva» con el Gobierno de Luis Arce pese al «potencial productivo» que tienen los agricultores del oriente para «aumentar la producción de alimentos, generar mayores excedentes para las exportaciones» y contribuir a la reactivación económica.