Santa Cruz (Bolivia), 5 ago (EFE).- La apertura de restaurantes en Santa Cruz, la capital financiera de Bolivia, es vista como un paso hacia una nueva normalidad en plena pandemia, para ir recuperando la economía aunque con limitaciones.
«La pandemia ha sido impactante», dijo a Efe el empresario Fernando Medina, sobre la caída del negocio durante más de cuatro meses de cuarentena.
La Alcaldía de Santa Cruz acordó con la Cámara Gastronómica de la ciudad, que preside Medina, que los restaurantes puedan reabrir a partir de esta semana, con una serie de condiciones.
«Somos negocios que vivimos del día a día», advirtió el empresario, uno de los dueños de La Casa del Camba, una popular cadena de restaurantes de comida cruceña presente en buena parte de Bolivia.
El hostelero recordó que cuando comenzó la cuarentena en marzo pasado de repente vieron cómo caía el negocio «del cien por cien a cero».
El servicio de comidas a domicilio solo permitió mantener entre un 10 y como mucho un 40 por ciento la actividad en el mejor de los casos, pero la mayoría del sector de hostelería que optó por esta salida apenas pudo sostener un 20 por ciento de su venta habitual, lamentó.
Medina confió en que los clientes vuelvan «paulatinamente» a los restaurantes, viendo que se pueden sentir «seguros» con las medidas de bioseguridad.
Los locales se desinfectan antes de abrir al público, incluido mesas, cubiertos y vajilla, y los clientes antes de entrar tienen que pasar controles de temperatura, lavarse las manos y otras medidas preventivas, mientras los empleados usan barbijos, lentes protectoras y otros elementos para prevenir contagios de COVID-19.
Los locales de comidas solo pueden abrir hasta las cinco de la tarde, no para la cena, y con la mitad de su aforo, con las mesas a una distancia de al menos metro y medio unas de otras, y solamente de lunes a viernes, pero no los fines de semana.
Estas son algunas condiciones acordadas con la Alcaldía, que tras la reapertura de restaurantes y cuando la próxima semana abran también los gimnasios, igualmente con condiciones de bioseguridad, espera que en la ciudad se reactiven unos 100.000 empleos.
Santa Cruz es la mayor ciudad de Bolivia, con más de millón y medio de habitantes, y la capital financiera del país, pero su economía se ha visto seriamente mermada por las limitaciones que incluye la cuarentena para salir de casa y circular con vehículos, entre otras, por lo que ahora se intenta reactivarla con medidas de flexibilización como la reapertura de la hostelería.